Pegar a los Niños: Lo Que Dice la Investigación.

El tema de si está bien o no pegar a los niños es muy controvertido. Algunas personas piensan que es totalmente inaceptable, mientras que otras lo ven como una técnica disciplinaria perfectamente aceptable. Por eso, hoy quiero analizar los datos sobre este tema con el objetivo de iniciar una conversación sobre este tema tan polémico. Ten la seguridad de que no intento avergonzar a nadie.  

Antes de continuar, aclaremos qué entendemos por “bofetadas”: Golpear a un niño con la mano abierta en las nalgas, piernas o brazos con la intención de modificar su comportamiento.

¿Cuántos Padres Pegan a Sus Hijos? 

angry yellow face

Como es habitual, la mayoría de los datos disponibles proceden de EE. UU.  El 80 por ciento de los padres en Estados Unidos informan que golpean a sus hijos, aunque esta cifra está disminuyendo. Casi un tercio de los padres en los EE. UU. que informan haber dado cachetes a sus hijos, lo hacen todas las semanas. Se estima que en todo el mundo el 63% de los niños de entre 2 y 4 años (esto es, 250 millones de niños) sufren castigos corporales de forma regular. 

Cuando se les preguntó sobre las actitudes hacia los bofetones, una encuesta de You Gov realizada en el Reino Unido en 2022 mostró que de 3.000 adultos encuestados, el 68% dijo que disciplinar físicamente a un niño no es aceptable y el 64% respaldó que Inglaterra debería ilegalizarlo.  Como puedes ver, las actitudes todavía están bastante divididas.

¿Por Qué Pegan los Padres a Sus Hijos?

Muchos padres todavía piensan que los bofetones son una herramienta útil para la crianza, tal vez así fueron criados y no conocen otra forma de disciplinar a sus hijos. Otros padres utilizan el argumento de «¡A mi me pegaron de pequeño y estoy perfectamente!» (¿te suena familiar?).  El terapeuta infantil Justin Coulson escribió un gran artículo en el New York Times donde describió los errores de este argumento. Para mí, lo más convincente es que cuando utilizamos este argumento, lo apoyamos únicamente en nuestra experiencia e ignoramos la experiencia de los demás. Es similar a decir: «Anoche me emborraché por completo, caminé medio desnudo por la ciudad y ¡estoy bien!». ¿Creemos que es seguro o prudente emborracharse y caminar medio desnudos? ¿Lo recomendarías a otros? El hecho de que yo no me haya visto afectado negativamente (hasta donde yo sé), no significa que estará bien para todos los demás.  Además, ¿cómo determinamos que estamos “bien”? ¿Por qué estamos en una relación? ¿Por qué tenemos trabajo? El hecho de que no podamos reconocer el daño en algo no significa que el daño no esté presente. 

Entonces, ¿Qué Dice la Investigación? ¿Es Tan Malo Pegarle a un Niño?

Hay más de cinco décadas de investigación sobre este tema con más de 160.000 niños. La conclusión es la siguiente: no hay UN SOLO estudio que haya encontrado que pegar a los niños sea bueno para ellos. La mayoría de los estudios encuentran que los cachetes son negativos para los niños y algunos estudios no encontraron consecuencias negativas para los niños. Entonces, en el peor de los casos, los cachetes tienen efectos negativos y, en el mejor de los casos, no tienen efectos, pero lo que está claro es que no tienen ningún efecto positivo. 

Los efectos negativos encontrados en los niños que reciben bofetadas son bastantes:  es más probable que sean agresivos, desarrollen problemas de conducta (e.j., acoso), muestren problemas de salud mental (e.j., depresión), se lleven peor con sus padres, sean más rebeldes y tienen mayor riesgo de sufrir lesiones físicas y abusos.

Sí, Pero… ¿Están Todos los Investigadores de Acuerdo con el Resumen que Acabas de Hacer? 

Grown up rebuking a little child for bad behavior

La mayoría de los investigadores en este campo están de acuerdo con lo que acabo de explicar, pero una muy pequeña minoría no está tan convencida. ¿Por qué? La verdad es que examinar las bofetadas no es tan fácil. La mejor manera de examinar los efectos de cualquier comportamiento parental en el desarrollo de los niños es realizar estudios experimentales. ¿Cómo se vería esto en el caso de una bofetada? Tomaríamos dos grupos de padres e hijos: durante un período de tiempo, un grupo golpeará a sus hijos y el otro no. Luego mediríamos los resultados de los niños. Como habrás adivinado, este tipo de investigación experimental es totalmente poco ético y nunca sucederá (afortunadamente). Por lo tanto, debemos confiar en estudios correlacionales y de intervención que utilicen observaciones e informes de padres e hijos. 

Los críticos también dicen que los bofetones se han analizado junto con tipos más extremos de castigo físico (por ejemplo, patadas o golpes) y que es muy diferente darle un azote a un niño que darle una patada o herirle gravemente. Es cierto que los primeros investigadores analizaron juntas muchas formas diferentes de castigo físico, pero investigaciones más recientes han analizado los bofetones por sí solos y los hallazgos siguen siendo válidos: los bofetones son malos para los niños, aunque no tan malos como otros tipos más severos de castigo físico.

Este tipo de investigación no es perfecta, pero es la mejor que tenemos. Y cuando décadas de investigación con un número considerable de padres y niños muestran consistentemente que es malo golpear a los niños, podemos decir con bastante confianza que no debemos golpear a los niños.

A Veces Parece que dar un Bofetón Es la Única Forma que Mis Hijos Hagan Caso. Si No Les Puedo Dar un Bofetón, ¿Qué Hago?

You've been naughty and this is your punishment

El objetivo de la disciplina es hacer que nuestros hijos comprendan por qué lo que hicieron estuvo mal. Pegar a nuestro hijo no consigue esto, sino que estamos asustando a nuestros hijos. Cuando pegamos a nuestros hijos, es posible que dejen de hacer lo que están haciendo, pero no porque entiendan que lo que están haciendo está mal sino porque nos tienen miedo y quieren que dejemos de hacerlo. 

En lugar de pegar a tus hijos, intenta explicarles por qué su comportamiento fue incorrecto. Y sé coherente, intenta explicárselo cada vez que se comporte de esa manera. Después de muchas repeticiones, entenderán el mensaje. Castig a sus hijos pero intente utilizar “consecuencias conectadas”. ¿Qué quiere decir esto? Si la regla en tu casa es que tu hijo tiene que colocar la ropa sucia en el cesto pero la deja en el suelo del baño, en lugar de decirle que no puede jugar videojuegos durante un mes, utiliza una consecuencia conectada. Diles que la ropa que no esté en el cesto, no se lavará y por tanto no tendrán ropa para hacer deporte o salir con sus amigos. Al hacer esto, obtienen una consecuencia negativa por sus acciones y, al mismo tiempo, usted aborda el problema directamente. 

Por último, recuerda que cuando pegamos a un niño suele ser porque hemos perdido la paciencia. Entonces, si queremos utilizar mejores técnicas de disciplina, debemos trabajar en nosotros mismos. Aprenda cuáles son sus factores desencadenantes y las técnicas que podemos utilizar para evitar que perdamos la paciencia. Recordar que enfadarnos con nuestros hijos no es un problema, lo que puede ser un problema es qué hacemos con ese enfado. Si siente que pierde los estribos con más frecuencia de lo que le gustaría, ponte en contacto con nosotros, te podemos ayudar ¿Significa esto que siempre lo haremos bien? No, somos humanos y a veces lo perderemos, lo importante es que la mayoría de las veces lo hacemos bien. 

Esperamos que esta información te resulte útil. Ponte en contacto con nosotros si tienes alguna pregunta o comentario.

Un abrazo, 

Ana

Dr Ana Aznar

Las vacaciones de verano son un buen momento para reflexionar sobre lo que funcionó y no funcionó durante el año académico anterior, permitiéndonos empezar el nuevo curso con energía y con nuevos objetivos. Hacer este ejercicio te ayudará a lograr un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida. Esto significa dar igual importancia a tu carrera y a tu vida personal. El equilibrio entre la vida laboral y la vida laboral es más que una frase pegadiza: es una necesidad.

Estos son ocho consejos para lograr el equilibrio entre el trabajo y la vida familiar:

1. La perfección no existe:

La idea del padre o madre perfecto no existe. No eres un superhéroe. Habrá momentos en que las cosas no serán perfectas. Acepta que esto está bien, no estás fallando, estás haciéndolo lo mejor que puedes. Y recuerda que en su mayor parte, el ideal de perfección que vemos en las redes sociales no es real. ¡No caigas en la trampa! La perfección es un objetivo poco realista, e intentar alcanzarlo sólo te llevará a sentirte estresado e insatisfecho.

2. Pide ayuda

Pedir ayuda no es un signo de debilidad. ¿Recuerdas el dicho “Se necesita un pueblo para criar a un niño”? ¡Es verdad! Y aún más en el caso de los padres y madres trabajadores. Todos necesitamos ayuda a veces. Coordinate con otros padres y familiares. Haz turnos para acompañar a los niños al colegio, comparte fiestas de cumpleaños y coordina tardes de juegos para que todos podais tener algo de tiempo libre.

3. Sé flexible

Entender que puede haber momentos en que tu familia te necesita más y otros momentos cuando tu trabajo requiere tu atención es esencial. Sé flexible y prepárate para volver a priorizar cuando las cosas cambien.

4. Cuídate

Para poder cuidar a los demás, debes cuidarte a ti mismo. Si no te sientes fuerte, no podrás rendir ni en casa ni en el trabajo. Recuerda dormir y comer bien, y hacer ejercicio regularmente. Muchos de nosotros nos sentimos culpables cuando nos dedicamos tiempo a nosotros mismos, pero debemos aprender a ignorar ese sentimiento. Piensa que cuidarte es el primer paso para cuidar de todo y de todos en tu vida.

5. No te sientas culpable por trabajar

Utiliza el tiempo que tienes con los niños para disfrutarlos, hacer cosas juntos y apoyarlos. No pierdas el tiempo deseando que no tuvieras que trabajar. Esos pensamientos no son útiles, especialmente si no tienes otra opción que trabajar. Se puede trabajar y ser un padre o madre estupendo ¡No dejes que nadie te diga lo contrario!

Photo: Cowomen en Unsplash

6. Aprende a decir “no”

Para muchos de nosotros decir que no es difícil. Quizás para ti decir que no te llena de culpabilidad, te gusta quedar bien con todos, o tienes miedo de decepcionar a los demás. Sin embargo, piensa que tu tiempo y tus recursos son limitados, y deberías poner tu energía y esfuerzo en las cosas que son importantes para tí y para tu familia. Cuando te pidan algo que no puedas o no quieras hacer, dí que no. Y cuanto antes lo hagas mejor, para asi evitar el estrés innecesario. Algunas maneras de decir que no son: ‘Tristemente, tengo demasiado lío ahora mismo’, ‘me encantaría poder ayudarte pero no puedo’, ‘gracias por pensar en mí. Sin embargo, no puedo hacerlo’, o ‘lo siento, no puedo encajar esto en este momento’.  ¡Cuanto más lo hagas, más fácil será!

7. Establece expectativas claras en casa y en el trabajo

El comienzo del año académico es el momento perfecto para pasar un tiempo a solas y decidir lo que quieres lograr en los próximos meses. De igual modo, es un buen momento para celebrar ‘reuniones de expectativas’ en casa y en el trabajo. En casa, decide con tu familia lo que se espera de cada uno, las reglas y la organización de la casa durante el otoño.

En el trabajo, dependiendo de tu papel, ten una conversación parecida con tus colegas y miembros de tu equipo. Hacer esto reducirá la probabilidad de tener que decir «no» y habrá menos decepciones, malentedidos y discusiones.

8. Cambia un hábito poco saludable

Muchos de nosotros tenemos hábitos que no son los mejores para nuestra salud física y mental. Quizás bebes demasiado, no haces suficiente ejercicio, comes demasiada comida procesada, o pasas demasiado tiempo en Instagram. Mientras que no es realista intentar cambiar todos nuestros malos hábitos (o no tan buenos) a la vez, sí que es realista intentar cambiar uno. ¡Decide un hábito que te gustaría cambiar, y ve a por ello!

Te deseamos a tí y a tu familia lo mejor para el nuevo año académico. Si sientes que necesita apoyo adicional, acuerdate de contactar con tu experto de REC Parenting. Si todavía no lo tienes, ponte en contacto con nosotros!

Estamos aquí para apoyarte a tí y a tu familia!

¿Deberían los niños hacer deberes durante las vacaciones de verano o deberían descansar? Esta no es una pregunta fácil de responder y dependiendo de a quién preguntes, es muy probable que obtengas respuestas diferentes.

Los educadores que defienden que los niños deben seguir trabajando durante el verano lo hacen basándose en investigaciones que demuestran que cuando los niños no hacen nada de matemáticas y lectura durante el verano, pierden entre dos y tres meses de aprendizaje. Así que, básicamente es como si terminaran el año escolar en marzo. Este es un fenómeno razonablemente bien documentado llamado retroceso o bajón de verano.

Es importante considerar que el bajón de verano no afecta a todos los niños por igual. Suele ser peor para los niños neurodivergentes, así como para los niños que no hablan el mismo idioma en casa y en el colegio (por ejemplo, en nuestro caso hablamos español en casa pero el colegio de mis hijos es inglés). En el caso de estos niños, no sólo pueden olvidar lo aprendido durante el curso, sino que también pueden necesitar refrescar el idioma que usan en el colegio. También se ha demostrado que el bajón de verano es peor para los niños con pocos recursos.

Pero antes de lanzarte a comprar cuadernos y libros de actividades para que los haga tu hijo en la playa, es importante tener en cuenta que hay también expertos que no están seguros que el bajón de verano realmente exista. Estos expertos se apoyan en que los últimos estudios que se han hecho recientemente sobre este tema, no han encontrado los mimos resultados que estudios más antiguos que encontraron que el bajón de verano realmente existe.  

Entonces… ¿Qué hacemos? Hemos examinado cuidadosamente la investigación y nuestra conclusión es que hacer algo de matemáticas y lectura durante el verano es positivo para el aprendizaje de los niños. La clave es cómo hacerlo.

Piensa que el trabajo no tiene que ser formal, especialmente en el caso de los más pequeños. Por ejemplo, puedesllevar a tu hijo a la biblioteca y elegir libros, cómics o revistas que le diviertan. Recuerda que el objetivo no es que tu hijo aprenda nuevos contenidos sino que mantenga su nivel de lectura. Por lo tanto, si tu hijo quiere leer sobre un tema que a ti no te gusta o no consideras importante o ‘serio’, déjale. Y mejor aún, habla sobre el tema sobre el que esté leyendo para demostrarle que valoras sus intereses y gustose. Al mismo tiempo, estarás apoyando su comprensión lectora.

También puedes apoyar las habilidades lectoras de tu hijo leyendo las señales cuando vauais en el autobús o en el coche, cocinando juntos y pidiéndole que te lea las recetas, o pidiéndole que busque artículos en el supermercado cuando hagais la compra.

Para apoyar las matemáticas de tu hijo, puedes sumar  las matrículas de los coches cuando esteis en la calle, cocinar juntos pidiéndole que calcule las cantidades, darles dinero de bolsillo para que tenga contar monedas, y jugar juegos de mesa juntos en los que tenga que contar.

Otros educadores abogan por que los niños no hagan trabajo y descansen y se diviertan durante el verano. Estamos totalmente de acuerdo en que el verano es el momento para que los niños se relajen, se diviertan y hagan actividades que disfruten. Sin embargo, el día es largo y seguro que encuentras un rato para leer juntos o hacer algo de matemáticas. Dicho esto, hacer deberes en verano no es bueno si causa estrés en tu hijo y en tu familia. El resentimiento no ayudará a que tu hijo aprenda. Si obligar a tu hijo a hacer deberes está dañando vuestra relación, probablemente sea mejor dejarlo.

Mientras que las habilidades académicas son muy importantes, las habilidades socioemocionales de los niños también son increíblemente importantes, y el verano es un período ideal para practicarlas. Aprovechar al máximo el tiempo libre para ver a amigos y familiares, charlar tranquilos y hacer cosas juntos. Deja que tu hijo elija lo que hacer en su tiempo libre hacer. Y recuerda que estar aburrido a veces no es algo malo. ¡De hecho, puede ayudar a desarrollar la creatividad!

 Por último, el verano puede ser el momento perfecto para fortalecer la relación con tu hijo sin tener que preocuparte por los horarios, llegar a tiempo a la clase de judo o meterle en la cama pronto. Hagas lo que hagas este verano, disfruta. Esperamos que a finales del verano, tú y tus hijos hayais descansado y esteis  listos para comenzar el nuevo año académico.

Espero que encuentres este artículo útil. Para cualquier comentario o pregunta, ponte en contacto con nosotros. ¡Estamos aquí para ti!

Ana 

Con el comienzo del año académico, se forman nuevas amistades, otras se quedan atrás, los grupos de amigos se reorganizan y, por desgracia, el bullying puede ocurrir. Porque seamos honestos, el bullying ocurre en la mayoría de los colegios. Yo soy en general muy escéptica cuando los colegios dicen que a ellos no les pasa porque la realidad es que sí que ocurre, lo importante es qué hace la comunidad escolar cuando hay casos de bullying.  

¿Qué Es el Bullying?

El acoso o bullying ocurre cuando un niño hace daño a otro a propósito. El bully tiene más poder que la víctima, puede que sea más fuerte, más grande o más popular.

El bullying no ocurre solo una vez. Sucede repetidamente durante un período de tiempo. Es más frecuente entre los 10 y los 13 años, pero puede ocurrir a cualquier edad.

Tipos de Bullying

• Emocional: Aislar socialmente al niño, ponerle motes, reírse de ellos…

• Físico: Dar patadas, pegar, romper o estropear sus cosas…

• Ciberbullying: Es una forma de acoso emocional a través de dispositivos electrónicos. El problema con el ciberacoso es que la víctima no puede escapar a sus atacantes. No descansan del acoso. Ni siquiera cuando están en casa y deberían poder sentirse seguros.

¿Quién Corre Riesgo de Ser Víctima de Bullying?

Todos están en riesgo, pero la realidad es que algunos niños tienen más probabilidades de ser acosados que otros. Los niños que son considerados como “diferentes”, por ejemplo, porque son nuevos en el colegio, son de otro país o de otra religión tienen más probabilidades de ser acosados. Los niños con baja autoestima o con necesidades especiales también tienen un riesgo mayor. En general, es más probable que los niños a los que otros consideran como  “más débiles” o “diferentes” sean acosados.

¿Cómo Saber si mi Hijo Está Siendo Acosado?

• Una pérdida repentina de confianza, el niño se vuelve muy retraido, está de mal humor, agresivo, tiene rabietas, o estás enfadado 

• Saca peores notas 

• No quiere ir a la escuela: Encuentra excusas por la mañana para no ir al colegio, se encuentra mal por la mañana

 • Cuando vuelve a casa le falta parte de su material o lo trae roto o estropeado 

• Dice que no comió a porque tal vez el bully se llevó su comida o se llevó su dinero para comer

• Tiene moratones, heridas, golpes o cortes

¿Qué Hacer si mi Hijo Está Siendo Acosado?

• Expliquele qué es el acoso y enfócate en el comportamiento en lugar de etiquetar a otros niños (“Son malos”) o a tu hijo (“Eres débil”).

• Déjale muy claro que no es su culpa.

• Asegúrale que hay medidas que podeis tomar .

• Animale a ser asertivo. Esto no significa que deba ser agresivo, sino tranquilo y firmes. Haz que tú eres el bully y tu hijo es la víctima para que cuando tenga que enfrentarse al bully en el colegio tenga las herramientas necesarias. 

• NUNCA le digas a tu hijo que resuelva el problema peleandose con el bully. Rara vez funciona y puedes meter a tu hijo en más problemas.

• Explora formas de que tenga más amigos, por ejemplo, uniéndose a nuevas clases extracolares.

• Fomenta actividades que mejoren la autoestima como el drama o el deporte.

• Explora maneras de involucrar al colegio para encontrar una solución aunque tu hijo no quiera. Puedes proponerle que hableis junto con su profesor favorito.

• NO trates el problema como si fuera ‘cosas de niños’. Si tu hijo viene a tí porque le están hacienda daño o le está amenazando, trata de no decirle cosas como «No es para tanto” o «No seas melodramático, eso nos ha pasado a todos y aquí estamos«. El acoso puede tener consecuencias dramáticas especialmente cuando la víctima piensa que no hay salida.

• Mantén un diario del acoso en caso de que lo necesiteis en el futuro.

Photo: Obie Fernandez on Unsplash

¿Por Qué Algunos Niños Se Convierten en Bullies?

Los niños intimidan a otros para ganar estatus en su grupo de compañeros. Buscan la aprobación de sus compañeros duros, crueles y poderosos o ganando reputación. Los acosadores a menudo carecen de empatía, y su necesidad de pertenecer al grupo anula cualquier sentimiento de culpa que puedan experimentar.

Es importante recordar que a los propios bullies no les suele ir muy bien. Tienden a tener problemas en el colegio y suelen mostrar altos niveles de agresión, depresión y ansiedad. También tienen dificultades para gestionar sus emociones, particularmente la ira.

¿Y si mi Hijo Es el Bully?

Ningún padre quiere pensar que nuestro hijo es un abusador pero si el acoso ocurre,  alguien lo está haciendo. Empecemos diciendo que NO es tu culpa si tu hijo es el bully.

Si tu hijo es el bully, necesitas un plan de acción con el colegio. Entre todos necesitais entender porque tu hijo se comporta de esa manera. ¿Por qué lo hace? El apoyo profesional suele ser una buena idea en estos casos. Considera que muchos bullies siguen comportándose así toda su vida, por lo que es muy importante abordar el asunto lo antes posible.

Por último, es importante considerar que el acoso rara vez ocurre en aislamiento. Normalmente, toda la clase o todo el grupo de compañeros lo saben. Algunos niños pueden apoyarlo, otros pueden pensar que está mal pero tienen miedo a decir algo y arriesgarse a ser los próximos, mientras que otros pueden defender a la víctima. Es realmente importante que todos los padres tengamos una charla con nuestros hijos sobre este tema, animándolos a confiar en nosotros u otros adultos a su alrededor si ellos o a otros que están siendo acosados. Acabar con el bullying no es sólo responsabilidad de los colegios o de los que participan directamente en él, sino de todos nosotros.

Este artículo se basa en la masterclass de la profesora Helen Cowie: Todo lo que necesitas saber sobre el bullying. Echale un vistazo para encontrar muchos más recursos e información sobre este tema. Si su hijo está padeciendo acoso no dudes en ponerte en contacto con tu terapeuta de REC. Envianos un correo electrónico a hello@recparenting.com para cualquier comentario o pregunta. ¡Estamos aquí para apoyarte!

Todo nuestro cariño,

Ana y el equipo de REC Parenting

Hace tiempo que tengo pensado escribir sobre el sharenting porque ha cobrado más relevancia en los últimos años.

El sharenting se refiere a la práctica de un padre de utilizar regularmente las redes sociales para comunicar información detallada sobre su hijo en redes sociales como Instagram, Facebook, X (antes Twitter) y WhatsApp. Esto puede incluir fotos, vídeos, historias personales y otras actualizaciones sobre la vida del niño. El término «sharenting» fue acuñado por el escritor del Wall Street Journal, Steven Leckart, a principios de la década de 2010. Se incluyó en el Oxford English Dictionary en 2022.

Os doy algunas cifras para que entendáis lo frecuente que es el sharenting:

  • Según el regulador de comunicaciones del Reino Unido, el 56% de los padres han compartido información en línea sobre sus hijos. La mitad dice que comparte fotos de sus hijos al menos una vez al mes. Los padres tardan solo 57,9 minutos después del nacimiento en compartir la primera foto de su recién nacido.
  • Los padres comparten un promedio de 300 fotografías de sus hijos en línea cada año. El padre ‘típico’ publicará 1500 fotografías de sus hijos en línea antes de los 5 años. 
  • El 80% de los niños tienen presencia en línea a la edad de dos años, pero en muchos casos comienza incluso antes de que nazca el bebé, cuando los futuros padres comparten imágenes de sus hijos por nacer (AVG Technologies, 2010).

Los padres comparten información sobre sus hijos en Internet con buenas intenciones. La mayoría de ellos quieren mantener a sus familiares y amigos bien informados, mientras que otros afirman que utilizan las redes sociales como un medio de almacenamiento de recuerdos. Lamentablemente, el sharenting tiene un lado oscuro que los padres deben conocer.

Estos Son los Puntos Principales que Debes Tener en Cuenta Antes de hacer Sharenting:

iPhone showing social media apps

Tu hijo Tiene Derecho a la Privacidad.

¿Qué contenido estás compartiendo? Compartir información embarazosa, traumática o íntima sobre tu hijo puede significar que estás violando el derecho a la privacidad de tu hijo. Tu hijo puede ser pequeño todavía, pero crecerá bastante rápido, y puede que se sorprenda y se resienta contigo por haber compartido información íntima sobre él. Un estudio realizado por la Universidad de Michigan descubrió que el 56% de los padres compartieron información (potencialmente) embarazosa sobre sus hijos en línea.

¿Has Oído Hablar del Secuestro Digital o Juego de Roles con Bebés?

Se trata de cuando desconocidos roban imágenes de tu bebé o hijo, les dan un nuevo nombre y las reclaman como suyas. Crean familias e historias falsas. Algunas de estas cuentas falsas están dirigidas por adolescentes y suelen ser bastante inofensivas. Sin embargo, otras cuentas las utilizan para crear historias sexuales o abusivas. La política de Instagram es eliminar esas cuentas tan pronto como se enteren de su existencia, pero esto sigue sucediendo.

Ten Cuidado con los Depredadores.

Cualquier foto que publiques de tu hijo puede ser manipulada y terminar en sitios web pedófilos. Incluso los que crees que son muy «inocentes». Piensa que no todo el mundo ve una foto de tu hijo a través del mismo lente. Según el FBI, hay 500.000 depredadores en línea activos cada día y todos tienen múltiples perfiles. Se estima que las fuerzas policiales encuentran miles de imágenes indecentes de niños en línea todos los días. Tu hijo también podría ser víctima de «sextorsión»: los depredadores manipulan las fotos, por ejemplo, haciendo que una foto de un niño en traje de baño parezca desnuda. Luego, el depredador le muestra la foto al niño y lo amenaza con publicarla si el niño no le envía más fotos de naturaleza gráfica o le da dinero.

Estás Afectando la Identidad Digital de tu Hijo.

father and son looking at a laptop

Es posible que tu hijo no pueda borrar la información que has publicado sobre él. Ten en cuenta que cualquier contenido que publiques en línea ya no te pertenece. Esa información ya no es confidencial y puede ser utilizada por cualquier persona. Tiene el potencial de ser accesible para siempre. Cualquier cosa que reveles sobre tu hijo en línea lo seguirá hasta la edad adulta y es posible que no pueda eliminarla incluso si lo desea. Esta información puede influir en cómo otros perciben a tu hijo y afectar sus futuras perspectivas de empleo o su posición social. Básicamente, no estás permitiendo que tu hijo narre su vida como quiera.

El Sharenting Puede Afectar el Sentido Actual y Futuro de Sí Mismo y el Bienestar de Tu Hijo.

No hay mucha investigación al respecto, pero publicar contenido que sea humillante o vergonzoso para sus hijos puede ser negativo para su autoestima y autoimagen. Algunos psicólogos y educadores incluso lo consideran una forma de abuso infantil, especialmente en el caso de influencers que usan a sus hijos como contenido en las redes sociales. Parte de crecer es comprender que hay aspectos de nuestras vidas que son privados y otros que está bien compartir con los demás. Cuando los padres comparten muchos detalles íntimos sobre su hijo, la percepción de los límites de ese niño puede volverse borrosa. Crecer pensando que nada es privado puede tener consecuencias negativas para su hijo.

Piensa en el Efecto del Sharenting en la Relación con tu Hijo.

¿Tu hijo confiará en tí si crees que puedes compartir todo lo que te dice? Esto es lo que le pasó a Gwyneth Paltrow cuando su hija, que entonces tenía catorce años, la criticó públicamente por compartir demasiado.

Diez Consejos a Tener en Cuenta Sobre el Sharenting

Young mother and her little son spending time together. Happy boy taking a selfie with his mother.
  1. Familiarízate con las Políticas de Privacidad de los sitios en los que compartes tus fotos. Por ejemplo, Facebook e Instagram se reservan el derecho de usarlas. Utiliza siempre la configuración de privacidad más estricta que permita la plataforma.

  2. Configura las notificaciones para que te avisen cuando los nombres de tus hijos aparezcan en un resultado de búsqueda de Google.
  3. Selecciona tu lista de seguidores. Lo ideal es que solo permitas que se registren personas que conoces y en las que confías.

  4. Si vas a compartir algo, considera hacerlo de forma anónima.

  5. Ten cuidado al compartir la ubicación de su hijo e idealmente no lo hagas. Cuando compartes tu ubicación, aumenta el riesgo de que tu hijo se convierta en el blanco de depredadores en línea.

  6. Una vez que tu hijo tenga la edad suficiente, permítele vetar y opinar sobre lo que puede y no puede publicar.

  7. No compartas fotos de tu hijo en ningún estado de desnudez, con la boca abierta, en ropa interior o en traje de baño. No publiques fotos de tu hijo en una posición sugerente, aunque te parezca tierna o divertida.
  8. Ten en cuenta que cualquier cosa que compartas tiene el potencial de volverse viral y afectar a tu hijo y a toda su familia.

  9. Ten cuidado al publicar fotografías o información sobre otros niños. Puede considerarse una violación de su privacidad a menos que pidas permiso a sus padres.

  10. Piensa siempre antes de publicar algo. Pregúntate si compartirías esa información con un desconocido, si tu hijo la aceptaría cuando la lea en los próximos años, si estás protegiendo su privacidad y si puede ser utilizada por depredadores.

Espero que este artículo te haya resultado útil. Permíteme terminar diciendo que el objetivo de este artículo no es hacerte sentir mal en caso de que suelas compartir información sobre tus hijos. Mi único objetivo es brindarte las últimas investigaciones sobre este tema para que, si decides publicar fotos de tu hijo, lo hagas de manera segura.

Si tienes alguna pregunta o comentario, no dudes en contactarnos!

Un abrazo, 

Ana

Dr Ana Aznar

Una pregunta muy común que se hacen los padres es qué tan malo es realmente el divorcio para sus hijos y si sería mejor permanecer juntos por el bien de ellos. Vamos a explicar qué dicen las investigaciones al respecto para que te sientas más seguro si te encuentras ante esta situación.

¿Cómo Es de Malo el Divorcio para los Niños?

En general, las investigaciones indican que los hijos de padres divorciados tienen más probabilidades de experimentar problemas a corto y largo plazo que los hijos que no se divorcian. Algunos de estos problemas incluyen depresión, ansiedad, baja autoestima y malas relaciones sociales. Los hijos de padres divorciados también tienen más probabilidades de experimentar un descenso en su rendimiento académico y tienen un mayor riesgo de abandonar la escuela, participar en conductas delictivas, consumir drogas y acabar divorciándose.

Sin embargo, si estás divorciado o estás a punto de divorciarte, ¡no te asustes! Sí, los hijos de padres divorciados tienen más probabilidades de experimentar algunos de estos problemas, pero la realidad es que las diferencias entre los hijos de padres divorciados y los hijos cuyos padres están juntos son muy pequeñas. Se estima que solo alrededor del 10% de los adultos con padres divorciados se ven afectados negativamente por el divorcio. La mayoría de los hijos de padres divorciados no sufren problemas importantes.

¿Por Qué Algunos Niños Afrontan Mejor el Divorcio que Otros?

Hay una variedad de factores, como la personalidad de los niños, la edad, la situación familiar antes del divorcio y cómo se maneja el divorcio que influyen en cómo los niños afrontan el divorcio.

Si consideramos la personalidad, algunos niños pueden experimentar efectos negativos durante un corto período de tiempo, para otros esos efectos negativos pueden durar más tiempo, mientras que otros niños son más resilientes y no luchan mucho.

La edad de los niños también importa cuando se consideran los efectos del divorcio. Los niños más pequeños pueden no comprender lo que está sucediendo. Algunos de ellos pueden experimentar ansiedad por separación cuando pasan de un padre al otro. Otros pueden mostrar comportamientos regresivos y volver a mojar la cama, hacer berrinches o chuparse el dedo. Los preadolescentes y adolescentes tienen más probabilidades de comprender lo que está sucediendo, pero pueden tener dificultades para regular las fuertes emociones que probablemente traerá la noticia del divorcio y adaptarse a una nueva rutina.

El nivel de conflicto dentro de la familia antes del divorcio es un factor que parece ser muy influyente en la determinación de cómo los niños se verán afectados por el divorcio. Para los niños que viven en familias con un alto nivel de conflicto, el divorcio puede no ser negativo, sino incluso positivo. Para estos niños, el divorcio puede ser un alivio. En cambio, el divorcio para los niños que viven en familias con un nivel bajo de conflicto tiende a ser más negativo porque los niños pueden percibir que han perdido los beneficios de una estructura familiar estable.

El factor que parece ser más importante para determinar cómo los niños afrontan el divorcio es cómo los padres gestionan el proceso de divorcio.

Cómo Gestionan los Padres el Divorcio Es Más Importante que el Divorcio en Sí

Durante muchos años se creyó que el divorcio en sí tenía un efecto muy negativo en los niños, pero los métodos de investigación más desarrollados y matizados muestran que el mayor impacto en los niños no es el divorcio en sí, sino cómo se maneja.

De hecho, los niños que generalmente se desenvuelven mejor cuando sus padres se divorcian son aquellos cuyos padres no tienen una relación conflictiva.

Por lo tanto, si está divorciado o en proceso de divorcio, tenga la seguridad de que la experiencia del divorcio no significa automáticamente que los niños tendrán dificultades. Lo que marca la mayor diferencia es cómo maneja el divorcio. Esto nos lleva a la pregunta muy importante de qué pueden hacer los padres para ayudar a sus hijos a afrontar el divorcio.

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Cómo Apoyar a Nuestro Hijo Durante el Proceso de Divorcio

  • Empieza por tener una conversación con tu hijo y explícale que os vais a divorciar, las razones (de una manera apropiada para su edad) y qué sucederá a continuación. Lo ideal es que ambos padres estén presentes en esta conversación. Los niños son pensadores concretos, así que trata de explicarle con detalle cómo será su futura convivencia, ya que eso le dará cierta sensación de seguridad. Permite siempre que tu hijo haga preguntas y déjale claro que el divorcio no es culpa suya, que le queréis y siempre lo querrán. Dejarle claro que seguís siendo una familia, aunque a partir de ahora la vida será diferente.

  • Sé coherente con tus límites. A veces, cuando nuestros hijos atraviesan un momento difícil, los compensamos siendo demasiado permisivos o demasiado indulgentes. Recuerda siempre que los niños necesitan límites claros.

  • Las investigaciones demuestran claramente que a los niños les va mejor si ambos padres se comunican y cooperan entre sí. Mantén un frente unido. No estáis juntos, pero debeis intentar seguir siendo un equipo para vuestro hijo. A vuestro hijo le irá mejor si los dos seguís las mismas reglas y rutinas.

  • Los niños se sienten mejor cuando mantienen un contacto regular con ambos padres. De hecho, las investigaciones muestran que a los niños cuyos padres tienen su custodia compartida les tiende a ir mejor que a los niños que solo tienen contacto con uno de los padres. Los niños que pierden el contacto con uno de los padres tienen más probabilidades de sufrir depresión, baja autoestima, ira y angustia. Sin embargo, en los casos en que uno de los padres es abusivo, negligente, sufre graves problemas de salud mental o dificultades de adaptación, puede recomendarse un contacto limitado.

  • Sé respetuoso con tu expareja. Habla de él o ella de forma amable y trata de valorar sus puntos fuertes. Puede parecer difícil (sobre todo al principio), pero piénsalo desde el punto de vista de tu hijo: él se ve a sí mismo como parte de cada uno de vosotros, así que si constantemente criticas a su padre o madre, piensa en cómo le harás sentir.

  • Es muy probable que durante el proceso de divorcio, tus niveles de estrés aumenten y la calidad de tu crianza disminuya. Cuando los padres estamos estrésalos, normalmente nos volvemos más duros con nuestros hijos o por el contrario, nos volvemos más permisivos. Trata de ser consciente de cómo estás afrontando la situación y cómo esto puede estar influyendo en tus hijos. Cuanto mejor te adaptes a la situación, mejor lo afrontarán tus hijos. Piensa también si estás recurriendo a mecanismos de afrontamiento negativos, como beber o comer demasiado. Busca asesoramiento profesional si tienes dificultades y apoyaté en amigos y familia.
  • Por último, ten en cuenta que es imposible proteger a tu hijo del dolor que traerá consigo el divorcio. Lo importante es demostrarle que estás ahí para él en este proceso, que caminas con él. Escúchalo y hazle sentir escuchado.
  • Intenta mantener la rutina lo más estable posible. Los niños necesitan sentirse seguros y protegidos para poder desarrollarse. Es más probable que esto suceda si no tienen que preocuparse por quién los recogerá en el colegio o dónde pasarán la noche.


¿Cuál Es el Mensaje Final?

Como suele ocurrir en psicología, la cuestión de si el divorcio es bueno o malo no es sencilla. Sí, todos los niños preferirían que sus padres permanecieran juntos, pero la realidad es que el divorcio forma parte de las relaciones humanas. Las investigaciones nos indican que, en lugar de centrarnos en si el divorcio en sí es bueno o malo, debemos centrarnos en cómo gestionamos el proceso de divorcio para que sea lo menos conflictivo posible y nuestros hijos tengan las menores dificultades posibles. Aunque a algunos niños les puede ir peor después de un divorcio, este deterioro suele ser pequeño y de corta duración. Por el contrario, para los niños que viven en familias muy conflictivas, el divorcio puede incluso ser beneficioso. Recuerda que lo que importa no es la estructura familiar, lo que importa es cómo se llevan los miembros de la familia. El objetivo es que, independientemente de cómo sea tu familia, tu hijo se sienta seguro y querido en un entorno estable.

Espero que este artículo te resulte útil. Mándanos cualquier pregunta que tengas.

Un abrazo, 

Ana

Dr Ana Aznar

Tuviste a tu bebé, tienes dominada la lactancia, hecha tu rutina (¡o casi!) y antes de que te des cuenta, llega el momento de volver al trabajo. Si decides seguir dando el pecho a tu bebé (lo que decidas está bien), hay varias cosas que debes considerar y discutir con tu empresa. No olvides que para que la lactancia materna en el trabajo sea un éxito, debe haber comunicación y compromiso entre tu empresa, tu superior directo y tú misma (si tu bebé coopera, será una gran ventaja). Veamos lo que las tres partes involucradas deben hacer.

La Empresa Debe:

  • Promover un entorno que apoye a los padres.
  • Tener una política oficial de lactancia.
  • Ofrecer tiempo durante el día para que las madres sacarse leche o dar el pecho a sus bebés.
  • Ofrecer horarios de trabajo flexibles para las madres lactantes.
  • Ofrecer una habitación cálida, limpia y privada para que las madres se saquen leche (¡que no sea un baño, por favor!) y una nevera (uno separado, si es posible) para almacenarla.
  • Dar formación a los jefes de equipo para que sepan cómo apoyar a las madres lactantes.
  • Contratar a un consultor de lactancia para brindar apoyo adicional a los empleados, siempre que sea posible.

Los Line Managers Deben:

  • Hablar con las madres trabajadoras desde el principio para que sepan qué esperar cuando vuelvan y se puedan hacer los ajustes necesarios (por ejemplo, trabajo flexible, organización de descansos, etc.). No se debe dar por sentado que la empleada amamantará (o no).
  • Contactar de vez en cuando con las madres para ver como están.
  • Sea comprensivo. Hablar sobre este tema puede ser difícil para las madres.

Las Madres Lactantes Deben:

  • Pensar con anticipación en lo que quieren hacer con respecto a la lactancia materna (o no) y discutirlo con su jefe o con el departamento de Recursos Humanos.
  • Pedir consejo a compañeros que hayan estado en la misma situación.
  • Ser amable con ellas mismas. Equilibrar el trabajo y la lactancia materna es difícil, no sentirse mal si las cosas no salen como habían planeado y recordad que lo están haciendo lo mejor que pueden. Intentar comer bien y descansar un poco (es más fácil decirlo que hacerlo, lo sabemos) porque trabajar y amamantar pueden ser agotador, especialmente durante las primeras semanas.
  • Tener en cuenta la logística: practicar darle al bebé leche extraída antes de volver a trabajar para que se acostumbre, intentar crear un “banco de leche” y decidir cómo almacenar la leche y transportarla de manera segura.
  • Pedir ayuda cuando la necesiten.

Algunos Compañías se Preguntan:¿Por Qué debemos Apoyar a las Madres Lactantes?

Dave Clubb via Unsplash

Los empleadores deberían apoyar a las madres lactantes que trabajan porque:

  • Es una excelente manera de retener y atraer talento. Hay que recordar que 1 de cada 4 madres primerizas que trabajan no regresan al trabajo después de la baja de maternidad o vuelven y lo dejan a los pocos meses. Según The Telegraph, perder personal le cuesta a las empresas británicas aproximadamente £4 mil millones cada año.
  • El 83% de los millennials solo quiere tratar con empresas que compartan sus valores. Apoyar a los padres y madres trabajadores es bueno para la imagen de las empresas.
  • Reduce el absentismo laboral. La lactancia materna tiene efectos positivos para la salud (por ejemplo, reduce las probabilidades de desarrollar algunos tipos de cáncer) y para los bebés (por ejemplo, los protege contra las infecciones).
  • Mejora el equilibrio entre vida laboral y personal de tus empleados. ¡Hazles la vida más fácil!

Si eres parte de una empresa que quiere mejorar el apoyo a los padres y madres trabajadores, ponte en contacto con nosotros.

Un abrazo,

Ana

Dr Ana Aznar

¿Gritaste a tus hijos durante las vacaciones? ¿Y Quién no? Si eres uno de esos padres (yo entre ellos), es posible que te sientas fatal al leer titulares de noticias recientes como: “Gritar a un niño puede ser tan perjudicial para su desarrollo como el abuso sexual o físico” (CNN; The Guardian)/ Estos titulares son dos ejemplos de muchos artículos que aparecieron recientemente basados en un nuevo estudio que considera el abuso verbal como una forma de abuso infantil.

Seamos claros: creo totalmente que el abuso verbal es una forma de abuso infantil. Pero con lo que no estoy de acuerdo es con esos titulares. En mi opinión, este es un ejemplo de investigación científica malinterpretada y de consejos para padres que pierden matices importantes, no sólo no ayudando a los padres sino provocando vergüenza y culpa. Lo que realmente encontró este estudio es que la manera en la que hablamos a nuestros hijos es importante. El tono de voz que usamos es importante pero lo que decimos es más importante. Hay una gran diferencia entre gritar ocasionalmente a tu hijo: “¡¡¡LÁVATE LOS DIENTES AHORA!!!” o «¡¡¡NO PUEDES HACER NADA BIEN!!!«. No todos los gritos son igualmente negativos. No existe evidencia científica que respalde que gritar ocasionalmente sea negativo para los niños.

¿Estoy defendiendo que es bueno gritarles a nuestros hijos? En absoluto, claramente es mucho mejor hablar con nuestros hijos de forma tranquila. Pero seamos honestos: ¿quién no ha gritado a sus hijos? A menos que tengas nervios de acero, es casi imposible criar a un niño sin al menos gritarle de vez en cuando. Seamos realistas y en lugar de intentar no gritar nunca, intentemos hacerlo lo menos posible y, cuando lo hagamos, no decir cosas de las que nos arrepintamos.

Consideremos Algunos Aspectos Relevantes de los Gritos

El contenido de los gritos es más importante que el volumen. Gritar siempre está mal cuando insultamos, menospreciamos, degradamos, avergonzamos, ridiculizamos, amenazamos o insultamos a nuestro hijo. Nunca debemos usar nuestras palabras para causar angustia a nuestro hijo, sin importar el volumen de nuestra voz.

La frecuencia importa. Si lo “normal” en la familia son los gritos, es probable que el hogar no sea un ambiente cálido y afectuoso. Hay familias en las que los padres “siempre están gritando”. Si este es tu caso, sería una buena idea abordar este tema.

Cuida a tu hijo. Si tu hijo se asusta cuando le gritas, intenta no hacerlo. Intenta no asustar nunca a tu hijo. Cuando eso sucede, tu hijo realmente no puede procesar lo que le estás diciendo y es negativo para su desarrollo.

Los niños están predispuestos a creer en los adultos importantes en su vida. Cuando  decimos cosas a nuestros hijos como “no puedes hacer nada bien”, “eres un inútil” o “eres estúpido”, es probable que nos crea e interiorice esos mensajes. Una encuesta reciente realizada en el Reino Unido encontró que los niños de entre 11 y 17 años consideraban que estos tres mensajes eran los peores que escuchaban de sus padres y cuidadores. Lo preocupante es que el 51% de los niños dijero haber escuchado al menos uno de estos mensajes semanalmente y 1 de cada 10 dijo que los escuchaba diariamente. Los niños que son tratados de esta manera tienen más posibilidades de tener la autoestima baja y corren un mayor riesgo de experimentar ansiedad, depresión y abuso de sustancias y alcohol.

¿Por Qué Es Malo Gritar a Nuestros Hijos?

Muchas veces gritar no es una estrategia de disciplina sino una respuesta emocional. Nos sentimos abrumados, frustrados, impacientes, cansados y podemos terminar diciendo cosas de las que nos arrepentimos.

Para dejar de gritar es importante darnos cuenta de que situaciones nos hacen perder los nervios. Podría ser una habitación desordenada (definitivamente la mía), haber dicho lo mismo una y otra vez, ser lento para prepararse, no escuchar o ser difícil con la comida. 

Tus gritos también pueden verse influenciados por cómo te criaron. ¿Gritar era la norma para tus padres? Si ese es el caso, piensa cómo te hizo sentir y considera si quieres que sea la norma para tus hijos.

Así que, si nunca les gritas a tus hijos: ¡iFantástico! Pero como madre y psicóloga creo que es casi imposible no gritar nunca a nuestros hijos. Pasará. Lo importante es que no se convierta en la norma. Intentemos no hacerlo, pero si en ocasiones gritamos no nos culpemos. No significa que seamos malos padres y no dañará a tu hijo de forma irreparable y para siempre. Y recuerda, puedes disculparte con tu hijo. Decir «Lo siento, estoy muy estresado esta noche y perdí los nervios» suele ser una buena idea.

Espero que hayas encontrado útil este artículo. Como siempre, ponte en contacto conmigo si tienes alguna consulta o comentario. Y recuerda que nuestros expertos en crianza están disponibles para ayudarle.

Un abrazo,

Ana y el equipo de REC Parenting

Dr Ana Aznar

En los últimos años algunos psicólogos han expresado su preocupación sobre que los niños crean en Papá Noel. ¿Por qué? Les preocupa que los padres mientan a sus hijos porque creen que eso puede generar desconfianza entre padres e hijos.

¿Mi opinión? : «¡¡¡Venga ya !!!» ¿Es tan grave que nuestros hijos crean por un tiempo en un mundo donde todo es posible? Estoy totalmente a favor de la honestidad entre padres e hijos pero también creo que hay que dejar a los niños ser niños. 

Echemos un vistazo a la investigación sobre este tema 

¿Decirle a mi hijo que Papá Noel existe creará desconfianza en nuestra relación?

NO. No hay evidencia científica que respalde que la creencia y la posterior incredulidad en Papá Noel creará desconfianza entre padres e hijos.

¿Es negativo que los niños crean en Papá Noel?

NO. El pensamiento mágico es parte del desarrollo de los niños especialmente entre los 5 y los 8 años. Durante estas edades, muchos niños tienen un amigo imaginario y creen en monstruos y alfombras voladoras. Creen en los Reyes Magos, el Conejo de Pascua y el Ratoncito Pérez. Desdibujar las líneas entre la realidad y la fantasía es parte de la infancia.

Si los niños no creen todo lo que les dicen ni todo lo que ven, ¿Por qué creen en Papá Noel?

Hay muchas razones para esto. Primero, ¡realmente quieren creer! 

En segundo lugar, todos los que los rodean (incluidos sus padres en quienes más confían) les dicen que Papá Noel es real y aún más, dejan evidencia por la casa para respaldar la historia. Y contrariamente a lo que podamos creer, cuantos más Papá Noeles (e.g., en el colegio, en un centro comercial, en la calle) ven los niños, más se convencen que Papá Noel existe.  

¿A qué edad suelen descubrir la (triste) verdad?

La mayoría de las investigaciones muestran que alrededor de los 8 años, los niños comienzan a darse cuenta de que la historia de Papá Noel no cuadra. La mayoría de los niños llegan a esta conclusión por sí solos cuando se dan cuenta de que la historia es físicamente imposible (“¿Entonces Papá Noel entra por la chimenea con los renos?”).

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Ilona Frey via Unsplash

¿Cómo reaccionan los niños cuando descubren la verdad?

No hay evidencia que respalde que descubrir la verdad cause angustia o que los niños empiecen a desconfíar de sus padres. E incluso en niños que se llevan mucho disgusto, ese disgusto no suele durar mucho. Es más, un estudio reciente muestra que algunos niños afirman sentirse aliviados una vez que saben la verdad y otros se sienten orgullosos de estar en el “círculo de confianza” de quienes la saben.

¿Es mejor decirles la verdad a los niños o dejarles que lo averígüen ellos solos?

Es importante destacar que los niños afirman sentirse mejor cuando logran averiguar  la verdad por sí mismos. Así que incluso si crees que tu hijo es demasiado mayor para seguir creyendo en Papá Noel, ¡déjale que lo descubra por su cuenta!

Mucha veces los niños saben la verdad pero deciden no decírselo a sus padres porque quiere mantener la magia o porque cree que a sus padres les dará pena cuando se enteren que ya no creen en Papá Noel.

Cuando los niños acuden a sus padres para hablar sobre este tema, probablemente ya lo han pensado mucho y están listos para afrontar la realidad. Con Papá Noel (como con todo lo demás), es aconsejable dejar a nuestros hijo que hablen para saber lo que saben y lo que no saben. Utiliza sus preguntas para evaluar hacia dónde llevar la conversación y qué están dispuestos a discutir y comprender.

Una cosa importante que debemos decirles a nuestros hijos una vez que se enteren de la verdad es que no estropeen la diversión a otros niños: «Ahora que ya lo sabes, eres responsible de mantener la magia de los niños pequeños que no lo saben”. 

Y desde REC Parenting eso es lo que deseamos para vuestra familia esta Navidad: que sea una época llena de magia y felicidad para todos. Puedes ponerte en contacto con nosotros en: hello@recparenting.com

Con todo nuestro cariño,

Ana y el equipo de padres de REC

Cuando nos convertimos en padres (y sobre todo en madres), nuestra carga mental se dispara: «Me tengo que acordar de pedir cita en el dentista para Juan «, «Isabel tiene que llevar calcetines rojos al colegio mañana«, «Es el cumpleaños de Tomás la semana que viene, tengo que comprar los globos«, «Tengo que pasar por el supermercado a la salida del trabajo porque se ha terminado la leche» y así sucesivamente. ¡La lista de cosas por hacer no termina nunca! Esta es la carga mental de ser padre. Se describe como el pensamiento, la planificación, la programación y la organización de los miembros de la familia, y el trabajo emocional asociado con este trabajo.

Estoy hablando de la carga mental de los padres, pero para ser justos, en la mayoría de las familias esta carga mental la llevan las madres. No soy yo quien lo dice (no disparen al mensajero), las investigaciones muestran que incluso cuando las mujeres trabajan horas similares y ganan lo mismo o incluso más que los hombres, todavía tienen un segundo turno cuidando de la casa y de los niños. Porque, por lo general, cuando los padres ayudan, están haciendo exactamente eso: ayudar. La mujer sigue siendo la que dirige todo.

No quiero sonar como el Grinch, pero la realidad es que durante la Navidad nuestra carga mental aumenta. ¡Y dependiendo de como de “en serio” te tomes la Navidad, puede aumentar mucho! Decoraciones, visitar a la familia (y negociar las políticas y dinámicas familiares), organizar (y cocinar) las comidas (teniendo en cuenta los requisitos dietéticos de la mitad de la familia), comprar regalos (no olvides envolverlos), ver las funciones del colegio (para los cuales has hecho a mano el disfraz de pastor perfecto), organizar planes navideños, escribir Christmas y ayudar en el concierto de villancicos del colegio… ¡Y debes hacer todo esto mientras haces malabarismos con el trabajo, cuidas a los niños (mientras están de vacaciones) y no te olvides de disfrutar y ser completamente feliz y encantadora! Para muchas familias, los problemas financieros pueden ser una preocupación adicional. Mucho, ¿verdad?

Si te sientes así cada Navidad, mi propuesta para este año es que te pares a pensar en tus prioridades. Está muy bien que quieras crear unas fiestas especiales para todos los que te rodean, pero también necesitas disfrutar y, si es posible, descansar un poco. ¿Cómo lo hacemos?

  • Aprende a decir NO. Y di NO sin sentirte culpable. Si te piden que hagas cosas para las que simplemente no tienes tiempo o no quieres, dilo. Aprender a decir NO es una habilidad que todos debemos desarrollar. ¡Cuanto más lo digas, más fácil te resultará!
  • Piensa en lo que es importante para ti y lo que no. Olvídate de las cosas que no son importantes. En mi caso, me niego rotundamente a escribir Christmas. Nunca lo he hecho. No quiero pasar horas y horas escribiendo, pegando, pidiendo direcciones…
  • Comparte la carga con el resto de la familia. Y me refiero a compartir la carga, no solo a pedirles ayuda. Delega tareas a otros miembros de la familia. Sin embargo, esto significa que si no te gusta cómo lo hacen, ¡debes callarte!
  • Manténte alejado de las redes sociales. Si te sientes estresado, esas imágenes impecablemente seleccionadas de la perfección navideña solo te harán sentir peor.
  • Por último, lo más importante: tus hijos no necesitan una Navidad perfecta organizada por la madre perfecta pero cansada y estresada. Tus hijos quieren pasar tiempo contigo, quieren reír, jugar y charlar. No les importa si las decoraciones son absolutamente perfectas o cuántas tarjetas navideñas escribiste. No recordarán eso. Recordarán los buenos momentos que pasaron contigo durante la Navidad y que los hiciste sentir queridos y especiales. Ese es el significado de la Navidad.

Te deseamos una muy feliz Navidad. En REC Parenting estaremos aquí para apoyarte, si lo necesitas. ¡Ponte en contacto con nosotros!

Un abrazo, 

Ana

Dr Ana Aznar

Todas las familias se enfrentan a dificultades, pero las familias formadas mediante adopción a menudo se enfrentan a sus propios desafíos. En este artículo nos centramos en los niños adoptados y en algunos de los problemas a los que se suelen enfrentar.

La adopción es un viaje que dura toda la vida. La inmensa mayoría de niños adoptados suelen pensar en algún momento en sus padres biológicos. Preguntas frecuentes suelen ser: “¿Por qué me dieron en adopción?”, “¿Qué clase de personas eran?”, “¿Hubiera sido más feliz con ellos?” o ¿Tengo hermanos?». Sin embargo, es importante que no generalicemos y pensemos que todos los niños adoptados son iguales. Algunos se adaptan sin problemas mientras que a otros les puede resultar más difícil. Los problemas de adopción pueden afectarles a cualquier edad y en cualquier momento de sus vidas. Depende de sus circunstancias antes de la adopción, su genética, la edad de adopción, las circunstancias de su familia adoptiva… Sin embargo, es importante recordar que la gran mayoría de niños adoptados han experimentado desafíos serios, y estos no desaparecerán simplemente al ser adoptados.

Estos Son Algunos Problemas a los Que Se Suelen Enfrentar Muchos Niños Adoptados:

Pérdida: 

Cualquiera que sea la razón que explique por qué un niño termina siendo adoptado, ese niño ha sido separado de sus padres biológicos. Es posible que algunos niños hayan vivido con varias familias de acogida y, por lo tanto, hayan perdido no solo una, sino varias familias.

Rechazo: 

Los niños adoptados pueden sentirse rechazados por sus padres biológicos porque no les querían o no podían cuidar de ellos.

Culpabilidad o vergüenza: 

Algunos niños pueden sentir que hay algo malo en ellos y por ello sus padres biológicos no se quedaron con ellos.

Duelo: 

los niños adoptados pueden sentir duelo por la pérdida de sus padres y familiares biológicos.

Identidad y Autoestima:

Todos desarrollamos una narrativa de nuestra vida. Empezamos a crear esta narrativa a partir de las historias sobre el dia que nacimos, nuestro primer día de colegio, el día que aprendimos a montar en bicicleta, que nos cuentan nuestros padres y los adultos que tenemos alrededor. A medida que crecemos, seguimos desarrollando nuestra narrativa personal sumando nuestras propias experiencias. Los niños adoptados pueden tener problemas para desarrollar su identidad porque es probable que tengan lagunas en su narrativa que no pueden llenar. Las preguntas sobre la identidad son particularmente importantes durante la adolescencia.

Intimidad: 

A los niños adoptados les puede resultar difícil establecer relaciones íntimas y de confianza, especialmente si han vivido con varias familias diferentes o si han sido víctimas de abuso.

Dominio y control: 

Dependiendo de la edad y de las circunstancias de la adopción, algunos niños pueden sentir que han perdido el control sobre sus vidas.

Ahora Te Contamos Algunas Sugerencias Para Abordar Estos Problemas:

Sé honesto y abierto:

Los niños adoptados pueden tener problemas de identidad, por lo que es muy importante ayudarles a crear una identidad sólida y una narrativa personal. Haz de la adopción un tema normal de conversación. Si el niño tiene tienen preguntas para las que no tenemos respuesta, hay que decírselo. Ten la mayor información posible sobre la familia biológica de tu hijo. No le mientas sobre el hecho de que es adoptado o las circunstancias de la adopción. Amanda Baden, que lleva 25 años examinando la adopción, publicó un estudio hace unos años sugiriendo que es mejor revelar la información antes de que el niño cumpla tres años. Baden descubrió que los niños que podían recordar el momento en el que les contaron que eran adoptados (sobre los 3 años o más mayores) tenían mayores niveles de angustia que aquellos niños que no recordaban haber tenido “la conversación”. Una de las cosas más difíciles de que te lo digan más adelante en la vida es darte cuenta de que todos los demás (abuelos, tíos, amigos) sabían la verdad y te la ocultaron.

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Algunas personas pueden argumentar que es mejor esperar hasta que el niño tenga la edad suficiente para poder comprender realmente los entresijos del proceso de adopción, pero si lo piensas hablamos todo el tiempo con los niños pequeños sobre cosas que no pueden entender completamente (el espacio, el cambio climático, la extinción de los dinosaurios). Cuando son pequeños, comprenden los conceptos básicos de la adopción y, a medida que crecen, lo irán entendiendo mejor, sabiendo que nunca les mintieron. Si mientes a tu hijo y se entera, digamos cuando tenga 14 años, tendrá que reconstruir su propia identidad, lo que dañará su autoestima y su relación contigo. Si descubren que les mentiste sobre algo tan importante, les resultará difícil volver a confiar en tí y cuestionarán todo lo que les han contado.

Considera mantenerte en contacto con la familia biológica de tu hijo:

Numerosas investigaciones demuestran que los niños que mantiene contacto con sus familias biológicas, suelen llevar mejor los sentimientos de pérdidas y dolor, y encuentran más fácil desarrollar su identidad y narrativa. Además, mantener el contacto con sus familias biológicas puede ayudar a los niños a acceder a información médica importante, tener más adultos que los apoyen en sus vidas, comprender su herencia cultural y étnica y relacionarse con la familia biológica como personas reales en lugar de denigrarlos o idealizarlos. Por supuesto, cada familia es diferente y solo vosotros podéis considerar qué funciona mejor para vuestro hijo.

Crea un hogar con mucho amor, limites y estable:

Las investigaciones muestran que a todos los niños les va mejor en hogares cálidos, afectuosos y estables. Esto no significa ser laxo o no tener reglas. La idea es ser muy cariñosos pero al mismo tiempo establecer límites claros. Esto le dará al niño una sensación de seguridad.

Tener una rutina constante es clave para cualquier niño, pero aún más para los niños adoptados que a menudo han experimentado entornos inestables e inseguros. Dependiendo de la edad del niño, es posible que haya experimentado una pérdida de control, por lo que permitirle tomar algunas decisiones (por ejemplo, qué actividades extracurriculares realizar, cómo decorar su dormitorio) le ayudará a desarrollar confianza y ganar cierta sensación de control.

Ser demasiado punitivo en la forma de disciplinar a su hijo puede no ser una buena idea porque puede profundizar su baja autoestima. En su lugar, trate de utilizar elogios (por ejemplo, «¡Has ordenado muy bien!») y recompensas (por ejemplo, «Si te bañas ahora, puedes mirar televisión más tarde») en lugar de castigos.

Trabaja mano a mano con el colegio de tu hijo:

Los niños pasan alrededor de 15.000 horas en el colegio, por lo que es muy importante que los profesores conozcan las circunstancias de tu hijo, de lo contrario no podrán apoyarlo de manera efectiva. Los niños adoptados tienen más probabilidades de ser expulsados del colegio y de dejarlo antes de terminar. Sin embargo, siempre que los niños cuenten con el apoyo de sus familias adoptivas y sus colegios, no hay ninguna razón por la que no puedan prosperar académicamente. Es importante que el personal del colegio esté formado sobre las necesidades que pueden tener los alumnos que han sido adoptados para que les puedan apoyar de manera eficaz.

Ten cuidado con los elogios y evita comparar a tu hijo con los demás:

Algunos niños adoptados tienen baja autoestima y un profundo sentimiento de vergüenza. Si tus elogios son demasiado exagerados («¡Eres el chico más inteligente del mundo!»), es posible que no te crean y que su baja autoestima se acentúe. Siempre es mejor elogiar sus comportamientos («¡Mira cuánto esfuerzo pusiste en ese examen, y has sacado un 10!») que su personalidad («¡Has sacado un 10, que listo eres!”). Además, trata de no comparar a tu hijo con sus hermanos (si los tienen) u otros miembros de la familia.

Concéntrate en la salud mental de tu hijo:

Los niños adoptados tienen más probabilidades de experimentar dificultades emocionales, sociales y de salud mental que los niños no adoptados. La mayoría de los niños adoptados han experimentado un trauma y necesitan tiempo y apoyo para superarlo. Las experiencias negativas tempranas, como la negligencia y el abuso, alteran la estructura y el funcionamiento del cerebro del niño, así como los sistemas que gestionan el estrés. Puedes ayudar a tu hijo proporcionándole un entorno estable y predecible tanto en casa como en el colegio para que empiece a ver el mundo como un lugar seguro. Algunos niños pueden necesitar apoyo profesional en algunos momentos de su vida.

Conoce los recursos disponibles para utilizarlos cuando los necesites:

Algunas familias adoptivas pueden necesitar mucho apoyo mientras que otras necesitan poco o nada. Algunas pueden necesitar un apoyo diferente en determinadas etapas de la vida. En cualquier caso, es bueno saber qué recursos hay disponible en caso de que lo necesite. Servicios de terapia, servicios de salud mental, grupos de apoyo, clases para padres pueden resultar útiles.

Esperamos que hayas encontrado útil este artículo. Escríbenos si tienes alguna pregunta o quieres sugerirnos temas sobre los que escribir.

Si necesitas apoyo personalizado, recuerda que tienes disponible a tu terapeuta. ¡Te estamos esperando!

Con todo nuestro cariño ,

Ana

Dra Ana Aznar

With the start of the academic year, new friendships are formed, others are left behind, social groups reshuffle and sadly, bullying may happen. Because let’s be honest, bullying happens in most schools. I am very weary when schools say that it doesn’t happen in their establishments. It does happen, the important thing is how the school community tackles it. 

What Is Bullying?

Bullying happens when a child hurts another on purpose. The bully has more power than the victim, they may be stronger, bigger, or more popular.

Bullying is not a one-off quarrel. It happens repeatedly over a period of time. It is more frequent between the ages of 10-13 but it can happen at any age. 

Types of Bullying

  • Emotional: Socially isolating the child, calling them names, laughing at them… 

  • Physical: Kicking, punching the child, damaging their property…

  • Cyberbullying: It is a form of emotional bulling using electronic devices. The issue with cyberbullying is that the victim cannot escape their attackers. They get no rest from the bullying. Not even when they are home and are meant to be safe. 

Who Is at Risk of Being Bullied?

Everyone is at risk, but the reality is that some children are more likely to be bullied than others. Children that are perceived to be different in any way, for example, because they are new to the school, are from a different country or a different religion are more likely to be bullied. Children with low self-esteem, those with disabilities or special needs are also at a higher risk. In general, children who are thought to be “weaker” or “different” are more likely to be bullied. 

How to Know if my Child Is Being Bullied?

  • A sudden loss of confidence, the child becoming very withdrawn, moody, aggressive, throwing tantrums, being angry

  • School achievement falling

  • Not wanting to go to school: Finding excuses in the morning, complaining of feeling unwell in the morning

  • Coming back home without their materials or broken materials

  • Saying that they did not have lunch because maybe the bully took their lunch or took their lunch money

  • Having bruises or cuts 

What to Do if my Child Is Being Bullied?

  • Explain what bullying is and focus on behaviour rather than labelling other children (“They are mean”) or your child (“You are weak”).

  • Make it very clear that it is not their fault in any way. 

  • Reassure your child that action can be taken.

  • Encourage them to be assertive. This doesn’t mean that they must be aggressive but calm and firm about their feelings. Practice role play at home so that when they face the bully, they have the tools to respond to them.  

  • NEVER tell your child to sort it out by hitting the bully back. It rarely works and it can get your child into deeper trouble. 

  • Explore ways to extend their friendship groups, for example by joining new clubs.

  • Encourage activities that encourage self-esteem such as drama or sports.

  • Explore ways with them to approach the school even if they don’t want to. You can maybe propose that you talk together with their favourite teacher. 

  • DO NOT dismiss it as banter. If your child comes to you because they are being hurt or threatened, try not to say things like “Oh toughen up, it is just a bit of banter” or “Don’t be overdramatic, that has always happened and here we are”. Bullying can have dramatic consequences especially when the victim thinks there is no way out. 

  • Keep a bullying diary in case you need it in the future.

Why Do Some Children Bully Others?

The answer to this question is a rather complicated one. There is not one simple factor that explains a child becoming a bully. Bullying behaviour is influenced by a wide range of home, individual, school, neighbourhood, and societal factors. 

Children bully others to gain status in their peer group. They seek out approval from their peers by being tough, cruel and powerful or by gaining reputation. Bullies often lack empathy, and their need to belong to the group overrides any other feelings they may experience.

It is important to remember that bullies themselves tend not to do well across many aspects of life. They tend to have problems at school, and show high levels of aggression, depression, and anxiety. They also have difficulties managing their emotions, particularly their anger. 

What if my Child Is the Bully?

No parent wants to think that our child is a bully but when bullying happens someone is doing it! Let’s start by saying that is it NOT your fault if the child is the bully. 

If your child is indeed the bully, you need a plan of action with the school. Together you need to find the motivation for your child’s behaviour. Why are they doing it? Professional support may be a good idea in these cases.  Consider that many bullies continue to behave that way all their lives, so it is very important that you tackle the issue as soon as possible. 

Finally, it is important to consider that bullying rarely happens in isolation. Usually, the whole class or the whole peer group know about it. Some children may encourage it, others may think it’s wrong but they may be afraid of saying something and risking being next, whereas others may defend the victim. It is really important that all parents have a chat with our kids about this issue, encouraging them to confide in us or other adults around them if them or others are being bullied. Stopping bullying is not only the responsibility of schools or of those directly involved in it, but of all of us. 

This article is based on Professor Helen Cowie’s masterclass: The complete guide to bullying. Do watch it to find out many more resources and information. If your child is struggling with bullying do not hesitate to get in touch with your REC Parenting therapist. If you do not have a therapist but would like to get started, get in touch with us. We are here to support you! 

Much love,

Ana

Dr Ana Aznar

Las vacaciones de verano son un buen momento para reflexionar sobre lo que funcionó y no funcionó durante el año académico anterior, permitiéndonos empezar el nuevo curso con energía y con nuevos objetivos. Hacer este ejercicio te ayudará a lograr un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida. Esto significa dar igual importancia a tu carrera y a tu vida personal. El equilibrio entre la vida laboral y la vida laboral es más que una frase pegadiza: es una necesidad.

Ocho Consejos para Lograr el Equilibrio entre el Trabajo y la Vida Familiar

1. La perfección no existe:

La idea del padre o madre perfecto no existe. No eres un superhéroe. Habrá momentos en que las cosas no serán perfectas. Acepta que esto está bien, no estás fallando, estás haciéndolo lo mejor que puedes. Y recuerda que en su mayor parte, el ideal de perfección que vemos en las redes sociales no es real. ¡No caigas en la trampa! La perfección es un objetivo poco realista, e intentar alcanzarlo sólo te llevará a sentirte estresado e insatisfecho.

2. Pide ayuda

Pedir ayuda no es un signo de debilidad. ¿Recuerdas el dicho “Se necesita un pueblo para criar a un niño”? ¡Es verdad! Y aún más en el caso de los padres y madres trabajadores. Todos necesitamos ayuda a veces. Coordinate con otros padres y familiares. Haz turnos para acompañar a los niños al colegio, comparte fiestas de cumpleaños y coordina tardes de juegos para que todos podais tener algo de tiempo libre.

3. Sé flexible

Entender que puede haber momentos en que tu familia te necesita más y otros momentos cuando tu trabajo requiere tu atención es esencial. Sé flexible y prepárate para volver a priorizar cuando las cosas cambien.

4. Cuídate

Para poder cuidar a los demás, debes cuidarte a ti mismo. Si no te sientes fuerte, no podrás rendir ni en casa ni en el trabajo. Recuerda dormir y comer bien, y hacer ejercicio regularmente. Muchos de nosotros nos sentimos culpables cuando nos dedicamos tiempo a nosotros mismos, pero debemos aprender a ignorar ese sentimiento. Piensa que cuidarte es el primer paso para cuidar de todo y de todos en tu vida.

5. No te sientas culpable por trabajar

Utiliza el tiempo que tienes con los niños para disfrutarlos, hacer cosas juntos y apoyarlos. No pierdas el tiempo deseando que no tuvieras que trabajar. Esos pensamientos no son útiles, especialmente si no tienes otra opción que trabajar. Se puede trabajar y ser un padre o madre estupendo ¡No dejes que nadie te diga lo contrario!

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6. Aprende a decir “no”

Para muchos de nosotros decir que no es difícil. Quizás para ti decir que no te llena de culpabilidad, te gusta quedar bien con todos, o tienes miedo de decepcionar a los demás. Sin embargo, piensa que tu tiempo y tus recursos son limitados, y deberías poner tu energía y esfuerzo en las cosas que son importantes para tí y para tu familia. Cuando te pidan algo que no puedas o no quieras hacer, dí que no. Y cuanto antes lo hagas mejor, para asi evitar el estrés innecesario. Algunas maneras de decir que no son: ‘Tristemente, tengo demasiado lío ahora mismo’, ‘me encantaría poder ayudarte pero no puedo’, ‘gracias por pensar en mí. Sin embargo, no puedo hacerlo’, o ‘lo siento, no puedo encajar esto en este momento’.  ¡Cuanto más lo hagas, más fácil será!

7. Establece expectativas claras en casa y en el trabajo

El comienzo del año académico es el momento perfecto para pasar un tiempo a solas y decidir lo que quieres lograr en los próximos meses. De igual modo, es un buen momento para celebrar ‘reuniones de expectativas’ en casa y en el trabajo. En casa, decide con tu familia lo que se espera de cada uno, las reglas y la organización de la casa durante el otoño.

En el trabajo, dependiendo de tu papel, ten una conversación parecida con tus colegas y miembros de tu equipo. Hacer esto reducirá la probabilidad de tener que decir «no» y habrá menos decepciones, malentedidos y discusiones.

8. Cambia un hábito poco saludable

Muchos de nosotros tenemos hábitos que no son los mejores para nuestra salud física y mental. Quizás bebes demasiado, no haces suficiente ejercicio, comes demasiada comida procesada, o pasas demasiado tiempo en Instagram. Mientras que no es realista intentar cambiar todos nuestros malos hábitos (o no tan buenos) a la vez, sí que es realista intentar cambiar uno. ¡Decide un hábito que te gustaría cambiar, y ve a por ello!

Te deseamos a tí y a tu familia lo mejor para el nuevo año académico. Si sientes que necesita apoyo adicional, acuerdate de contactar con tu experto de REC Parenting. Si todavía no lo tienes, ponte en contacto con nosotros!

Estamos aquí para apoyarte a tí y a tu familia!

Ana

Dr Ana Aznar

Una de las habilidades más importantes que podemos enseñar a nuestros hijos es la competencia emocional. Los niños que son emocionalmente competentes suelen ir mejor en el colegio, tienen más amigos, se llevan mejor con sus profesores y suelen ayudar más a los demás.

¿Qué es exactamente la competencia emocional? Es la habilidad de entender, expresar y regular nuestras emociones. Los padres podemos ayudar a nuestros hijos a ser emocionalmente competentes hablando sobre emociones con ellos. Cuanto más hablemos sobre emociones con nuestros hijos, más emocionalmente competentes serán.

¿Cómo hablar con tu hijo sobre emociones? Aquí te dejamos algunas ideas:   

Estoy aquí para tí, sientas lo que sientas: Los niños experimentan muchas emociones y a veces estas emociones están acompañadas por culpa o vergüenza. Imaginemos, por ejemplo, que un niño está increíblemente celoso porque su mejor amigo entró en el equipo de fútbol del colegio y él, no. También puede sentirse avergonzado o culpable porque sabe que no debería estar celoso. Si le decimos que estamos a su lado sin importar lo que él sienta, le estamos permitiendo sentir lo que sea que esté sintiendo. De esta manera puede que se abra y discuta sus sentimientos con nosotros o con otras personas. Esto es increíblemente positivo para su salud mental

¿Por qué te portas así? Pensemos en cómo te sientes: La forma en que nos comportamos es el resultado de nuestras emociones. Por lo tanto, es importante que ayudemos a nuestros hijos a entender que dependiendo de cómo se sientan, se comportarán de una u otra manera. Por ejemplo, si explicamos a nuestro hijo adolescente que cuando no duerme lo suficiente, se vuelve muy irritable, puede elegir no acostarse antes (como suelen hacer los adolescentes), pero al menos será consciente de este vínculo entre sus emociones y su comportamiento. Ahora al menos tiene la información para decidir si cuando tenga un día importante por delante, quiere irse a dormir temprano.

Lo que sientes ahora mismo no durará para siempre: A veces los niños experimentan sentimientos negativos intensos (por ejemplo, tristeza, ira, celos…) y piensan que se sentirán así para siempre. Es muy importante enseñarles que los sentimientos no duran para siempre, y que su intensidad disminuye con el paso del tiempo. Esta es una idea muy importante que debemos enseñar a los niños porque a veces se sienten muy mal y creen que esas emociones nunca desaparecerán. Al decirles que esos sentimientos no durarán para siempre, les estamos protegiendo contra comportamientos perjudiciales como las autolesiones.

Está bien sentir lo que sientes: Niños y adolescentes quieren encajar en el grupo. Necesitan sentir que son ‘normales’. Al decirles que no hay nada raro en lo que están sintiendo, estamos normalizando sus emociones y les estamos haciendo sentir que no son unos ‘bichos raros’.

Algo que tiende a ayudar a los niños es decirles que recuerdas sentirte de esa misma manera cuando tenías su edad. Cuando mi hijo tenía unos ocho años, pasó por un período en el que los domingos por la noche le entraba angustia cuando pensaba en la semana escolar que tenía por delante. Al decirle que yo también me sentía así cuando era pequeña, él normalizó sus emociones y aunque no dejó de sentirse así, le parecía que no era nada raro y que no pasaba nada por sentirse así.

No dejes que tus sentimientos te controlen: Hasta cierto punto, podemos controlar nuestros sentimientos. Esto se llama regulación de emociones y la mejor manera de hacerlo, es cambiando la forma en la que pensamos sobre lo que estamos sintiendo. Por ejemplo, si un adolescente se muda de ciudad porque su madre ha cambiado de trabajo, probablemente sentirá una mezcla de tristeza, ira y ansiedad. La mejor manera de controlar esos sentimientos es ayudarle a considerar su evaluación de la situación, algo que sí puede controlar. Podemos decirle que tiene dos opciones: Una es no  hacer nada y seguir sintiéndose mal. La otra opción es reconocer que aunque él no ha elegido mudarse, puede ser una nueva oportunidad para conocer una nueva ciudad, y hacer más amigos. Tenemos que recordar a nuestros hijos que podemos controlar cómo evaluamos las situaciones por las que estamos pasando. La situación que están experimentando puede no ser su elección, pero cómo evalúan esa situación sí es su elección.

Pongamos un nombre a ese sentimiento: Muy a menudo y especialmente en el caso de los niños pequeños, experimentan emociones pero no saben cómo nombrarlas. Es importante que les ayudemos a poner etiquetas a sus emociones porque los niños tienden a sentirse mejor simplemente haciéndo este simple ejercicio. El etiquetado de emociones también ayuda a los niños a entender la causa de esa emoción, y la próxima vez que se sientan de esa manera, comprenderán mejor lo que está pasando.

Así que, recuerda que es muy importante discutir emociones con tus hijos. Cuanto más hagas esto, más emocionalmente competentes serán tus hijos. No olvides que la competencia emocional es una habilidad super importante para tener en la vida. Cuanto más emocionalmente competentes sean los niños, mejor les irá en la vida.

Si te interesa este tema, tienes muchas más información en la masterclass de la Dra. Harriet Tenenbaum.

Espero que este artículo te ayude. Si tiene preguntas o comentarios, mándanos un email a: hello@recparenting.com

Con muchos niños ya de vacaciones y muchos otros a punto de empezar, los padres se enfrentan al desafío de cómo lidiar con ellos en casa mientras tienen que trabajar. Este puede ser un momento difícil y estresante, especialmente si no tienes familia o amigos para echarte una mano y no les puedes o no quieres mandarles a un campamento de verano. 

Estas son algunas ideas que te pueden ser útiles:

  1. Establece expectativas y limites:

Establecer expectativas es útil para que todos tengais claro cómo van a funcionar las cosas. Al principio de verano organiza una reunión familiar para decidir las reglas. Discute las expectativas (por ejemplo, organiza tu habitación, pon el lavavajillas, horas de salidas y llegadas…). Decidir juntos la estructura de los días para que los niños sepan qué esperar. Explica a tus hijos las horas durante las que estarás trabajando. Por ejemplo, “necesito estar en mi mesa sin que me interrumpais entre 9-12. Una vez que haya terminado, podemos ir al parque”. Hacer esto todos los días ayuda a sus hijos a manejar sus expectativas y les da estabilidad.

También es bueno tener unas reglas sobre cuando te pueden interrumpir cuando estes trabajando. Por ejemplo, “Sólo puedes entrar en mi estudio (o donde estés trabajando) si llaman al timbre o si te has hecho daño”. Evita decirles que entren cuando haya una emergencia, porque la definició de emergencia puede ser diferente para tí y para tus hijos. encia! Define claramente qué cuenta como una emergencia.

Establecer expectativas ayudará a tus hijos a estar más tranquilos si no estás con ellos, y es menos probable que tú te frustres si no respetan tus necesidades. A veces los padres nos agobiamos porque creemos que necesitamos llenar cada momento de la vida de nuestro hijo con experiencias “útiles”y les organizamos constatemente planes. Recuerda que también hay valor en que los niños de vez en cuando se aburran porque de esa manera, tendrán má oportunidades de desarrollar su creatividad.. De igual manera, es bueno que los niños puedan decidir con qué quieren jugar y cómo quieren jugar. Es bueno aprender y acostumbrarse a estar con uno mismo y esto no es algo que los niños aprenden si les organizamos cada minuto de su vida

Y recuerda, no te sientas culpable si estás trabajando durante las vacaciones de verano. ¡Estás haciendo lo que tienes que hacer y lo haces lo mejor que puedes!

2. Adapta tu horario a las necesidades y rutina de tu hijo (si puedes)

Si puedes, trata de adaptar tu horario de trabajo a tu hijo. Por ejemplo, si tu adolescente duerme hasta el mediodía, usa ese tiempo para trabajar y cuando se despierten, podeis comer juntos. Si tienes un bebé que duerme la siesta por la mañana y por la tarde, usa ese tiempo para trabajar.

3. Ten un espacio solo para tí (si es posible)

Trabajar mientras los niños están en casa puede ser complicado pero trabajar en la misma habitación que los niños definitivamente no es fácil. Si es posible, dedica un espacio en la casa que sea solo tuyo para trabajar y deja claro a los niños que no pueden entrar a menos que haya una verdadera emergencia. Si es posible, evita trabajar en la cocina porque  siempre habrá que alguien vaya a por agua o a picar algo.

Si tienes que trabajar con los niños en la habitación, animaless a hacer actividades que no sean demasiado ruidosas, como leer, hacer un puzzle o Legos… ¡Otra opción es que uses tapones para los oídos!

4. Relaja las reglas

Las vacaciones son el momento ideal para relajar un poco las reglas. No me refiero a volvernos locos porque los niños siempre necesitan orden y rutina (sobre todo los más pequeños) pero podemos relajarnos un poco. Por ejemplo, podemos dejarles jugar videojuegos un poco más de lo habitual, dejar que nuestro adolescente se levante un poco más tarde, o que nuestro hijo de 10 años se vaya a la cama media hora más tarde de lo habitual. Pero diles que estas reglas solo aplican durante las vacaciones. ¡De lo contrario, tus tropas pueden rebelarse cuando empiece el colegio!

Si relajas las reglas, comienza a volver a la ‘normalidad’ unos días antes de que el colegio empiece de nuevo para que tu hijo tenga tiempo de acostumbrarse.

5. Encuentra tu pueblo

Dicen que ‘se necesita un pueblo’ para criar a un niño. Y es verdad. Si tienes amigos o familia con niños, ofréceles organizar turnos: llevate a sus hijos algunas tardes y que ellos se lleven a los tuyos otras. Si todos los niños están haciendo las mismas actividades, organizar turnis para llevarles y recogerles. Pregúntale a otros padres cómo se organizan, pueden darte consejos e ideas útiles.

6. Ten tus prioridades claras

Decide cuales son tus prioridades familiars y laborables durante el verano. Siendo realistas probablemente no tendrás tiempo para hacer todo lo que te gustaría. Así que decide lo que realmente tienes y quieres hacer y lo que puede esperar a después de verano, de esta manera evitarás sentirte frustrado y desanimado. Trata de ser realista con tu tiempo, no sé tú pero yo siempre soy super optimista con el mío. 

Planea y sé flexible. Si las cosas no están funcionando como habías planeado, sé creativo y piensa en otras soluciones o estrategias.

7. Y sobre todo… ¡Disfruta de tu hijo!

Las vacaciones son un momento en el que no tenemos que seguir un horario estricto y los niños tienen menos obligaciones. Por lo tanto, es menos probable que discutamos con nuestros hijos sobre los deberes ola hora de irse a la cama. Utiliza las vacaciones para charlar con ellos, divertiros, y hacer cosas juntos que os gusten a todos.

A veces, como padres caemos en la trampa de pensar que necesitamos estar siempre haciendo algo ‘útil’’ con nuestros hijos. Recuerda que también hay valor en ‘no hacer nada’. Pasar una mañana perezosa en la cama, ver una película por la tarde, o jugar a videojuegos juntos, son momentos valiosos. Durante estos momentos, estas fortaleciendo el vínculo con tu hijo. ¡Eso es muy valioso en sí mismo!

 Sea como sea que planees pasar el verano, te deseamos todo lo mejor para tí y tu familia. Ójala podais descansar y recargar pilas. Para cualquier duda o comentario, mandanos un email a: hello@recparenting.com

Photo credit: Nappy on Unsplash

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