Hace tiempo que tengo pensado escribir sobre el sharenting porque ha cobrado más relevancia en los últimos años.
El sharenting se refiere a la práctica de un padre de utilizar regularmente las redes sociales para comunicar información detallada sobre su hijo en redes sociales como Instagram, Facebook, X (antes Twitter) y WhatsApp. Esto puede incluir fotos, vídeos, historias personales y otras actualizaciones sobre la vida del niño. El término «sharenting» fue acuñado por el escritor del Wall Street Journal, Steven Leckart, a principios de la década de 2010. Se incluyó en el Oxford English Dictionary en 2022.
Os doy algunas cifras para que entendáis lo frecuente que es el sharenting:
- Según el regulador de comunicaciones del Reino Unido, el 56% de los padres han compartido información en línea sobre sus hijos. La mitad dice que comparte fotos de sus hijos al menos una vez al mes. Los padres tardan solo 57,9 minutos después del nacimiento en compartir la primera foto de su recién nacido.
- Los padres comparten un promedio de 300 fotografías de sus hijos en línea cada año. El padre ‘típico’ publicará 1500 fotografías de sus hijos en línea antes de los 5 años.
- El 80% de los niños tienen presencia en línea a la edad de dos años, pero en muchos casos comienza incluso antes de que nazca el bebé, cuando los futuros padres comparten imágenes de sus hijos por nacer (AVG Technologies, 2010).
Los padres comparten información sobre sus hijos en Internet con buenas intenciones. La mayoría de ellos quieren mantener a sus familiares y amigos bien informados, mientras que otros afirman que utilizan las redes sociales como un medio de almacenamiento de recuerdos. Lamentablemente, el sharenting tiene un lado oscuro que los padres deben conocer.
Estos Son los Puntos Principales que Debes Tener en Cuenta Antes de hacer Sharenting:
Tu hijo Tiene Derecho a la Privacidad.
¿Qué contenido estás compartiendo? Compartir información embarazosa, traumática o íntima sobre tu hijo puede significar que estás violando el derecho a la privacidad de tu hijo. Tu hijo puede ser pequeño todavía, pero crecerá bastante rápido, y puede que se sorprenda y se resienta contigo por haber compartido información íntima sobre él. Un estudio realizado por la Universidad de Michigan descubrió que el 56% de los padres compartieron información (potencialmente) embarazosa sobre sus hijos en línea.
¿Has Oído Hablar del Secuestro Digital o Juego de Roles con Bebés?
Se trata de cuando desconocidos roban imágenes de tu bebé o hijo, les dan un nuevo nombre y las reclaman como suyas. Crean familias e historias falsas. Algunas de estas cuentas falsas están dirigidas por adolescentes y suelen ser bastante inofensivas. Sin embargo, otras cuentas las utilizan para crear historias sexuales o abusivas. La política de Instagram es eliminar esas cuentas tan pronto como se enteren de su existencia, pero esto sigue sucediendo.
Ten Cuidado con los Depredadores.
Cualquier foto que publiques de tu hijo puede ser manipulada y terminar en sitios web pedófilos. Incluso los que crees que son muy «inocentes». Piensa que no todo el mundo ve una foto de tu hijo a través del mismo lente. Según el FBI, hay 500.000 depredadores en línea activos cada día y todos tienen múltiples perfiles. Se estima que las fuerzas policiales encuentran miles de imágenes indecentes de niños en línea todos los días. Tu hijo también podría ser víctima de «sextorsión»: los depredadores manipulan las fotos, por ejemplo, haciendo que una foto de un niño en traje de baño parezca desnuda. Luego, el depredador le muestra la foto al niño y lo amenaza con publicarla si el niño no le envía más fotos de naturaleza gráfica o le da dinero.
Estás Afectando la Identidad Digital de tu Hijo.
Es posible que tu hijo no pueda borrar la información que has publicado sobre él. Ten en cuenta que cualquier contenido que publiques en línea ya no te pertenece. Esa información ya no es confidencial y puede ser utilizada por cualquier persona. Tiene el potencial de ser accesible para siempre. Cualquier cosa que reveles sobre tu hijo en línea lo seguirá hasta la edad adulta y es posible que no pueda eliminarla incluso si lo desea. Esta información puede influir en cómo otros perciben a tu hijo y afectar sus futuras perspectivas de empleo o su posición social. Básicamente, no estás permitiendo que tu hijo narre su vida como quiera.
El Sharenting Puede Afectar el Sentido Actual y Futuro de Sí Mismo y el Bienestar de Tu Hijo.
No hay mucha investigación al respecto, pero publicar contenido que sea humillante o vergonzoso para sus hijos puede ser negativo para su autoestima y autoimagen. Algunos psicólogos y educadores incluso lo consideran una forma de abuso infantil, especialmente en el caso de influencers que usan a sus hijos como contenido en las redes sociales. Parte de crecer es comprender que hay aspectos de nuestras vidas que son privados y otros que está bien compartir con los demás. Cuando los padres comparten muchos detalles íntimos sobre su hijo, la percepción de los límites de ese niño puede volverse borrosa. Crecer pensando que nada es privado puede tener consecuencias negativas para su hijo.
Piensa en el Efecto del Sharenting en la Relación con tu Hijo.
¿Tu hijo confiará en tí si crees que puedes compartir todo lo que te dice? Esto es lo que le pasó a Gwyneth Paltrow cuando su hija, que entonces tenía catorce años, la criticó públicamente por compartir demasiado.
Diez Consejos a Tener en Cuenta Sobre el Sharenting
- Familiarízate con las Políticas de Privacidad de los sitios en los que compartes tus fotos. Por ejemplo, Facebook e Instagram se reservan el derecho de usarlas. Utiliza siempre la configuración de privacidad más estricta que permita la plataforma.
- Configura las notificaciones para que te avisen cuando los nombres de tus hijos aparezcan en un resultado de búsqueda de Google.
- Selecciona tu lista de seguidores. Lo ideal es que solo permitas que se registren personas que conoces y en las que confías.
- Si vas a compartir algo, considera hacerlo de forma anónima.
- Ten cuidado al compartir la ubicación de su hijo e idealmente no lo hagas. Cuando compartes tu ubicación, aumenta el riesgo de que tu hijo se convierta en el blanco de depredadores en línea.
- Una vez que tu hijo tenga la edad suficiente, permítele vetar y opinar sobre lo que puede y no puede publicar.
- No compartas fotos de tu hijo en ningún estado de desnudez, con la boca abierta, en ropa interior o en traje de baño. No publiques fotos de tu hijo en una posición sugerente, aunque te parezca tierna o divertida.
- Ten en cuenta que cualquier cosa que compartas tiene el potencial de volverse viral y afectar a tu hijo y a toda su familia.
- Ten cuidado al publicar fotografías o información sobre otros niños. Puede considerarse una violación de su privacidad a menos que pidas permiso a sus padres.
- Piensa siempre antes de publicar algo. Pregúntate si compartirías esa información con un desconocido, si tu hijo la aceptaría cuando la lea en los próximos años, si estás protegiendo su privacidad y si puede ser utilizada por depredadores.
Espero que este artículo te haya resultado útil. Permíteme terminar diciendo que el objetivo de este artículo no es hacerte sentir mal en caso de que suelas compartir información sobre tus hijos. Mi único objetivo es brindarte las últimas investigaciones sobre este tema para que, si decides publicar fotos de tu hijo, lo hagas de manera segura.
Si tienes alguna pregunta o comentario, no dudes en contactarnos!
Un abrazo,
Ana
Una pregunta muy común que se hacen los padres es qué tan malo es realmente el divorcio para sus hijos y si sería mejor permanecer juntos por el bien de ellos. Vamos a explicar qué dicen las investigaciones al respecto para que te sientas más seguro si te encuentras ante esta situación.
¿Cómo Es de Malo el Divorcio para los Niños?
En general, las investigaciones indican que los hijos de padres divorciados tienen más probabilidades de experimentar problemas a corto y largo plazo que los hijos que no se divorcian. Algunos de estos problemas incluyen depresión, ansiedad, baja autoestima y malas relaciones sociales. Los hijos de padres divorciados también tienen más probabilidades de experimentar un descenso en su rendimiento académico y tienen un mayor riesgo de abandonar la escuela, participar en conductas delictivas, consumir drogas y acabar divorciándose.
Sin embargo, si estás divorciado o estás a punto de divorciarte, ¡no te asustes! Sí, los hijos de padres divorciados tienen más probabilidades de experimentar algunos de estos problemas, pero la realidad es que las diferencias entre los hijos de padres divorciados y los hijos cuyos padres están juntos son muy pequeñas. Se estima que solo alrededor del 10% de los adultos con padres divorciados se ven afectados negativamente por el divorcio. La mayoría de los hijos de padres divorciados no sufren problemas importantes.
¿Por Qué Algunos Niños Afrontan Mejor el Divorcio que Otros?
Hay una variedad de factores, como la personalidad de los niños, la edad, la situación familiar antes del divorcio y cómo se maneja el divorcio que influyen en cómo los niños afrontan el divorcio.
Si consideramos la personalidad, algunos niños pueden experimentar efectos negativos durante un corto período de tiempo, para otros esos efectos negativos pueden durar más tiempo, mientras que otros niños son más resilientes y no luchan mucho.
La edad de los niños también importa cuando se consideran los efectos del divorcio. Los niños más pequeños pueden no comprender lo que está sucediendo. Algunos de ellos pueden experimentar ansiedad por separación cuando pasan de un padre al otro. Otros pueden mostrar comportamientos regresivos y volver a mojar la cama, hacer berrinches o chuparse el dedo. Los preadolescentes y adolescentes tienen más probabilidades de comprender lo que está sucediendo, pero pueden tener dificultades para regular las fuertes emociones que probablemente traerá la noticia del divorcio y adaptarse a una nueva rutina.
El nivel de conflicto dentro de la familia antes del divorcio es un factor que parece ser muy influyente en la determinación de cómo los niños se verán afectados por el divorcio. Para los niños que viven en familias con un alto nivel de conflicto, el divorcio puede no ser negativo, sino incluso positivo. Para estos niños, el divorcio puede ser un alivio. En cambio, el divorcio para los niños que viven en familias con un nivel bajo de conflicto tiende a ser más negativo porque los niños pueden percibir que han perdido los beneficios de una estructura familiar estable.
El factor que parece ser más importante para determinar cómo los niños afrontan el divorcio es cómo los padres gestionan el proceso de divorcio.
Cómo Gestionan los Padres el Divorcio Es Más Importante que el Divorcio en Sí
Durante muchos años se creyó que el divorcio en sí tenía un efecto muy negativo en los niños, pero los métodos de investigación más desarrollados y matizados muestran que el mayor impacto en los niños no es el divorcio en sí, sino cómo se maneja.
De hecho, los niños que generalmente se desenvuelven mejor cuando sus padres se divorcian son aquellos cuyos padres no tienen una relación conflictiva.
Por lo tanto, si está divorciado o en proceso de divorcio, tenga la seguridad de que la experiencia del divorcio no significa automáticamente que los niños tendrán dificultades. Lo que marca la mayor diferencia es cómo maneja el divorcio. Esto nos lleva a la pregunta muy importante de qué pueden hacer los padres para ayudar a sus hijos a afrontar el divorcio.
Cómo Apoyar a Nuestro Hijo Durante el Proceso de Divorcio
- Empieza por tener una conversación con tu hijo y explícale que os vais a divorciar, las razones (de una manera apropiada para su edad) y qué sucederá a continuación. Lo ideal es que ambos padres estén presentes en esta conversación. Los niños son pensadores concretos, así que trata de explicarle con detalle cómo será su futura convivencia, ya que eso le dará cierta sensación de seguridad. Permite siempre que tu hijo haga preguntas y déjale claro que el divorcio no es culpa suya, que le queréis y siempre lo querrán. Dejarle claro que seguís siendo una familia, aunque a partir de ahora la vida será diferente.
- Sé coherente con tus límites. A veces, cuando nuestros hijos atraviesan un momento difícil, los compensamos siendo demasiado permisivos o demasiado indulgentes. Recuerda siempre que los niños necesitan límites claros.
- Las investigaciones demuestran claramente que a los niños les va mejor si ambos padres se comunican y cooperan entre sí. Mantén un frente unido. No estáis juntos, pero debeis intentar seguir siendo un equipo para vuestro hijo. A vuestro hijo le irá mejor si los dos seguís las mismas reglas y rutinas.
- Los niños se sienten mejor cuando mantienen un contacto regular con ambos padres. De hecho, las investigaciones muestran que a los niños cuyos padres tienen su custodia compartida les tiende a ir mejor que a los niños que solo tienen contacto con uno de los padres. Los niños que pierden el contacto con uno de los padres tienen más probabilidades de sufrir depresión, baja autoestima, ira y angustia. Sin embargo, en los casos en que uno de los padres es abusivo, negligente, sufre graves problemas de salud mental o dificultades de adaptación, puede recomendarse un contacto limitado.
- Sé respetuoso con tu expareja. Habla de él o ella de forma amable y trata de valorar sus puntos fuertes. Puede parecer difícil (sobre todo al principio), pero piénsalo desde el punto de vista de tu hijo: él se ve a sí mismo como parte de cada uno de vosotros, así que si constantemente criticas a su padre o madre, piensa en cómo le harás sentir.
- Es muy probable que durante el proceso de divorcio, tus niveles de estrés aumenten y la calidad de tu crianza disminuya. Cuando los padres estamos estrésalos, normalmente nos volvemos más duros con nuestros hijos o por el contrario, nos volvemos más permisivos. Trata de ser consciente de cómo estás afrontando la situación y cómo esto puede estar influyendo en tus hijos. Cuanto mejor te adaptes a la situación, mejor lo afrontarán tus hijos. Piensa también si estás recurriendo a mecanismos de afrontamiento negativos, como beber o comer demasiado. Busca asesoramiento profesional si tienes dificultades y apoyaté en amigos y familia.
- Por último, ten en cuenta que es imposible proteger a tu hijo del dolor que traerá consigo el divorcio. Lo importante es demostrarle que estás ahí para él en este proceso, que caminas con él. Escúchalo y hazle sentir escuchado.
- Intenta mantener la rutina lo más estable posible. Los niños necesitan sentirse seguros y protegidos para poder desarrollarse. Es más probable que esto suceda si no tienen que preocuparse por quién los recogerá en el colegio o dónde pasarán la noche.
¿Cuál Es el Mensaje Final?
Como suele ocurrir en psicología, la cuestión de si el divorcio es bueno o malo no es sencilla. Sí, todos los niños preferirían que sus padres permanecieran juntos, pero la realidad es que el divorcio forma parte de las relaciones humanas. Las investigaciones nos indican que, en lugar de centrarnos en si el divorcio en sí es bueno o malo, debemos centrarnos en cómo gestionamos el proceso de divorcio para que sea lo menos conflictivo posible y nuestros hijos tengan las menores dificultades posibles. Aunque a algunos niños les puede ir peor después de un divorcio, este deterioro suele ser pequeño y de corta duración. Por el contrario, para los niños que viven en familias muy conflictivas, el divorcio puede incluso ser beneficioso. Recuerda que lo que importa no es la estructura familiar, lo que importa es cómo se llevan los miembros de la familia. El objetivo es que, independientemente de cómo sea tu familia, tu hijo se sienta seguro y querido en un entorno estable.
Espero que este artículo te resulte útil. Mándanos cualquier pregunta que tengas.
Un abrazo,
Ana
You had your baby, you got into the breastfeeding swing, you have the routine mastered (or almost!) and before you know it, it’s time to go back to work. If you decide to keep on breastfeeding (no judgement here, whatever you decide is great), there are quite a few things for you to consider and to discuss with your employer. Don’t forget that to make breastfeeding at work a success, there needs to be communication and commitment between your employer, your line manager, and yourself (if your baby cooperates it will be a big bonus!). Let’s explore actions that all three parties involved should consider taking.
The Employer Should:
- Create an environment that supports working parents. Send a clear message that senior leadership supports breast-feeding employees.
- Issue a written lactation policy.
- Offer a break allowance for mothers to express milk or feed their baby.
- Offer flexible working hours for breastfeeding mothers.
- Offer a warm, clean, and private room for expressing (not a toilet, please!) and a fridge (a separate one, if possible) to store the milk.
- Offer training to line managers so they know how to deal with this issue.
- Hire a lactation consultant to give extra support to employees, whenever feasible.
The Line Manager Should:
- Have a conversation early on with the working parent so they know what to expect when she comes back and necessary arrangements can be made (e.g., flexible working, arranging breaks…). Do not assume that the employee will breastfeed (or not).
- Check-in every once in a while, to see how things are going.
- Be supportive and empathetic. Staff may feel self-conscious discussing this issue.
The Working Parent Should:
- Think early about what they want to do regarding breastfeeding (or not) and discuss it with the line manager or HR.
- Ask colleagues who have been in the same situation for advice.
- Be gentle with yourself. Balancing work and breastfeeding can feel like a real struggle, don’t feel bad if things don’t go as planned, and remember that you are doing the best you can. Try to eat well and get some rest (easier said than done, we know) because working and breastfeeding can be really tiring, especially during the first weeks.
- Consider the logistics: Practice giving your baby expressed milk before you start working again so they get used to it, try to build an ‘expressed milk bank’, and decide how you will store and transport the milk safely.
- Ask for help when you need it, don’t struggle in silence!
Some Employers Think, Why Should I Support Breastfeeding Mothers in my Workforce? Why Is It my Concern?
Employers should support working breastfeeding mothers because:
- It is an excellent way of retaining and attracting talent. Remember that 1 in 4 working new mothers do not return to work. According to The Telegraph losing staff costs British business approximately £4 billion each year.
- Being family friendly also extends to your customers. 83% of millennials only want to deal with companies that share their values.
- It reduces absenteeism. Breastfeeding has positive health effects (e.g., lower chances of developing some types of cancer) and for babies (e.g., protects them against infections).
- It improves your employees’ work-life balance. Make their life easier!
To support mums who are considering breastfeeding or who are currently breastfeeding, we have a new masterclass by Dee Bell RM, IBCLC, Specialist Tongue-tie Practitioner and founder of the Infant Feeding Academy. You can watch it here. It provides all the information needed about breastfeeding positions, foods to have or not to have, sore nipples, or expressing milk manually.
If you are an employer who would like to improve the support you offer to your working parents or an employee who would like their employer to get better at it, do get in touch with us to have a chat! As always, we are here to support you, whatever the issues are.
Regards,
Ana
Did you yell at your kids over the holidays? Who didn’t??? If you are one of those parents (I am with you), you may feel awful reading recent news headlines such as: ‘Adults shouting at children can be as harmful to a child’s development as sexual or physical abuse” (CNN); ‘Shouting at children may be as damaging as physical or sexual abuse’ (The Guardian). These headlines are two examples of many articles that came out recently based on a new study considering verbal abuse a form of child abuse.
Let me be clear: I totally think that verbal abuse is a form of child abuse. But what I don’t agree with is with those headlines. In my opinion, this is an example of scientific research being misinterpreted and parenting advice missing important nuance, not only failing to help parents but provoking parental shame and guilt. What this study really found is that HOW we speak to our children matters. The tone of voice we use is important but WHAT we say is more important. There is a big difference between occasionally yelling at your child: “BRUSH YOUR TEETH, NOW!!!” and “YOU CAN’T DO ANYTHING RIGHT!!!”. Not all yelling is equally negative. There is no scientific evidence supporting that occasional yelling is negative for children.
Am I advocating that it’s good to yell at our children? Not at all, it is clearly much better to talk to our children in a calm manner. But let’s be honest: who hasn’t yelled at their kids? Unless you have nerves of steel, it is almost impossible to raise a kid without at least yelling occasionally at them. So, let’s be realistic and instead of aiming to never yell, let’s try to do it as rarely as we can, and when we do it, not to say things that we will regret.
Let’s Consider Some Relevant Aspects of Yelling
The Content of the Yelling Is More Important than the Volume
Yelling is always wrong when we insult, belittle, demean, degrade, shame, ridicule, threaten or name-call our child. We should never use our words to cause distress to our child, no matter the volume of our voice.
Frequency Matters
If the family’s ‘normal’ is yelling, chances are that the household is probably not a warm and caring environment. There are families when parents are ‘always yelling’. If this is your case, it would be a good idea to address this issue.
Watch Your Child
If your child looks scared when you yell at him, you need to stop. You never want to scare your child. When that happens, your child cannot really process what you are saying, and it is negative for their development.
Why May Yelling Be Negative for Our Children?
Children are predisposed to believe the important adults in their life. So, when we say things to our child such as “you can’t do anything right”, “you’re useless”, or “you’re stupid”, they are likely to believe us and to internalize those messages. A recent survey in the UK found that children aged 11-17 considered these three messages the most upsetting they hear from their parents and carers. Worryingly, 51% of children reported hearing at least one of these messages weekly and 1 in 10 said they heard such messages daily. Children who are treated this way have more chances to experience low self-esteem, and are at higher risk of experiencing anxiety, depression and substance and alcohol abuse.
Why Do We Yell?
Often yelling is not a discipline strategy but an emotional response. We feel overwhelmed, frustrated, impatient, tired and we may end up saying things that we regret.
To stop yelling it is important to know your triggers. It could be a messy room (definitely mine), having said the same thing over and over, being slow at getting ready, not listening, or picky eating.
Your yelling might also be influenced by how you were raised. Was yelling the norm for your parents? If that is the case, think how it made you feel and consider whether you want it to be the norm for you children.
So, if you never yell at your children: amazing! But as a parent and a psychologist I would say that it is almost impossible to never yell at your child. It will happen. The important thing is that it doesn’t become the norm. Let’s try not to, but if on occasions we do yell, let’s not blame ourselves. It doesn’t mean that we are bad parents, and it won’t harm your child irreparably and forever. And remember, you can apologize to your child. Saying “I am sorry, I’m very stressed tonight and I lost my temper” goes a long way.
If you want to learn more about this topic, watch the recording of a webinar we held in early 2024. Note that you have to be a REC Parenting member to access it. Join our community now!
I hope you have found this article useful. As always, do get in touch with us if you have any queries or comments. And remember that our parenting experts are available to support you.
Much love,
Ana
En los últimos años algunos psicólogos han expresado su preocupación sobre que los niños crean en Papá Noel. ¿Por qué? Les preocupa que los padres mientan a sus hijos porque creen que eso puede generar desconfianza entre padres e hijos.
¿Mi opinión? : «¡¡¡Venga ya !!!» ¿Es tan grave que nuestros hijos crean por un tiempo en un mundo donde todo es posible? Estoy totalmente a favor de la honestidad entre padres e hijos pero también creo que hay que dejar a los niños ser niños.
Echemos un vistazo a la investigación sobre este tema
¿Decirle a mi hijo que Papá Noel existe creará desconfianza en nuestra relación?
NO. No hay evidencia científica que respalde que la creencia y la posterior incredulidad en Papá Noel creará desconfianza entre padres e hijos.
¿Es negativo que los niños crean en Papá Noel?
NO. El pensamiento mágico es parte del desarrollo de los niños especialmente entre los 5 y los 8 años. Durante estas edades, muchos niños tienen un amigo imaginario y creen en monstruos y alfombras voladoras. Creen en los Reyes Magos, el Conejo de Pascua y el Ratoncito Pérez. Desdibujar las líneas entre la realidad y la fantasía es parte de la infancia.
Si los niños no creen todo lo que les dicen ni todo lo que ven, ¿Por qué creen en Papá Noel?
Hay muchas razones para esto. Primero, ¡realmente quieren creer!
En segundo lugar, todos los que los rodean (incluidos sus padres en quienes más confían) les dicen que Papá Noel es real y aún más, dejan evidencia por la casa para respaldar la historia. Y contrariamente a lo que podamos creer, cuantos más Papá Noeles (e.g., en el colegio, en un centro comercial, en la calle) ven los niños, más se convencen que Papá Noel existe.
¿A qué edad suelen descubrir la (triste) verdad?
La mayoría de las investigaciones muestran que alrededor de los 8 años, los niños comienzan a darse cuenta de que la historia de Papá Noel no cuadra. La mayoría de los niños llegan a esta conclusión por sí solos cuando se dan cuenta de que la historia es físicamente imposible (“¿Entonces Papá Noel entra por la chimenea con los renos?”).
¿Cómo reaccionan los niños cuando descubren la verdad?
No hay evidencia que respalde que descubrir la verdad cause angustia o que los niños empiecen a desconfíar de sus padres. E incluso en niños que se llevan mucho disgusto, ese disgusto no suele durar mucho. Es más, un estudio reciente muestra que algunos niños afirman sentirse aliviados una vez que saben la verdad y otros se sienten orgullosos de estar en el “círculo de confianza” de quienes la saben.
¿Es mejor decirles la verdad a los niños o dejarles que lo averígüen ellos solos?
Es importante destacar que los niños afirman sentirse mejor cuando logran averiguar la verdad por sí mismos. Así que incluso si crees que tu hijo es demasiado mayor para seguir creyendo en Papá Noel, ¡déjale que lo descubra por su cuenta!
Mucha veces los niños saben la verdad pero deciden no decírselo a sus padres porque quiere mantener la magia o porque cree que a sus padres les dará pena cuando se enteren que ya no creen en Papá Noel.
Cuando los niños acuden a sus padres para hablar sobre este tema, probablemente ya lo han pensado mucho y están listos para afrontar la realidad. Con Papá Noel (como con todo lo demás), es aconsejable dejar a nuestros hijo que hablen para saber lo que saben y lo que no saben. Utiliza sus preguntas para evaluar hacia dónde llevar la conversación y qué están dispuestos a discutir y comprender.
Una cosa importante que debemos decirles a nuestros hijos una vez que se enteren de la verdad es que no estropeen la diversión a otros niños: «Ahora que ya lo sabes, eres responsible de mantener la magia de los niños pequeños que no lo saben”.
Y desde REC Parenting eso es lo que deseamos para vuestra familia esta Navidad: que sea una época llena de magia y felicidad para todos. Puedes ponerte en contacto con nosotros en: hello@recparenting.com
Con todo nuestro cariño,
Ana y el equipo de padres de REC
Being a parent carries a lot of mental load: “I must remember to make an appointment at the dentist for Joe”, “Mel needs to wear red socks to school tomorrow”, “It is Sophie’s birthday next week, I need to organize the balloons”, “ I need to leave work early on Thursday because it is Peter’s parents’ evening” and on and on it goes. The to-do list is never ending! This is the mental load of being a parent. It is described as the thinking, planning, scheduling, and organizing of family members, and the emotional labour associated with this work.
I am talking about the mental load of parents but to be fair, in most households this mental load is carried by mothers. It is not me saying this (don’t shoot the messenger), research shows that even when women work similar hours and earn the same or even more than their male partners, they still have a second shift taking care of the house and the children. Because usually when fathers help, they are doing just that: Helping. The woman is still the one that needs to keep all the balls in the air and ask for help.
I don’t want to sound like the grinch, but the reality is that during Christmas our mental load increases. And depending on how ‘seriously’ you take Christmas it can increase by a lot! Decorations, visiting family (and negotiating family politics and dynamics), organizing (and cooking) meals (considering dietary requirements of half the family), present-buying (don’t forget the wrapping), attending school nativities (for which you have hand-made the perfect shepherd’s costume all on your own and from scratch), organizing Christmassy plans, card-writing, and volunteering at the school’s Christmas fair … And you must do all these while juggling work, taking care of the kids (while they are on holidays), and don’t forget to enjoy yourself and be utterly happy and charming! For many families, financial issues can be an extra concern. It can be a lot, right?
If this is how you feel every single Christmas, my proposal to you for this year is to stop and think about your priorities. It is great that you want to create a special holiday for everyone around you, but you also need to enjoy yourself and if possible, get some rest. How do we do this?
- Learn to say NO. And say no without feeling guilty or bad. If you are asked to take things on that you simply don’t have the time for or don’t want to do, say so. Learning to say no is a skill that we all need to develop. The more you say it, the better you become at it!
- Think what is important for you and what is not. Ditch things that are not important. In my case, I totally refuse to write Christmas cards. Have never done it. I don’t want to spend hours on end writing, sticking, asking for addresses …
- Share the load with the rest of the family. And I mean sharing the load, not just simply asking them to help. Delegate tasks to other members of the family. However, this means that if you don’t like how they do it, you need to keep quiet!
- Stay away from social media. If you are feeling stressed those impeccably curated images of Christmas perfection will only make you feel worse. They are part of what makes us feel overwhelmed in the first place.
- Finally, the most important one: your children don’t need the perfect Christmas organized by the perfect but tired and stressed mum. Your children want to spend time with you, they want to laugh and play and chat. They don’t care if the decorations are absolutely perfect or how many Christmas cards you wrote. They won’t remember that. They will remember the good times they had with you during Christmas and that you made them feel loved and special. That is the meaning of Christmas.
Whatever you are doing over Christmas, we wish you and your family a wonderful time. At REC Parenting we will be here to support you, should you need it. Get in touch with us!
Much love,
Ana
Todas las familias se enfrentan a dificultades, pero las familias formadas mediante adopción a menudo se enfrentan a sus propios desafíos. En este artículo nos centramos en los niños adoptados y en algunos de los problemas a los que se suelen enfrentar.
La adopción es un viaje que dura toda la vida. La inmensa mayoría de niños adoptados suelen pensar en algún momento en sus padres biológicos. Preguntas frecuentes suelen ser: “¿Por qué me dieron en adopción?”, “¿Qué clase de personas eran?”, “¿Hubiera sido más feliz con ellos?” o ¿Tengo hermanos?». Sin embargo, es importante que no generalicemos y pensemos que todos los niños adoptados son iguales. Algunos se adaptan sin problemas mientras que a otros les puede resultar más difícil. Los problemas de adopción pueden afectarles a cualquier edad y en cualquier momento de sus vidas. Depende de sus circunstancias antes de la adopción, su genética, la edad de adopción, las circunstancias de su familia adoptiva… Sin embargo, es importante recordar que la gran mayoría de niños adoptados han experimentado desafíos serios, y estos no desaparecerán simplemente al ser adoptados.
Estos Son Algunos Problemas a los Que Se Suelen Enfrentar Muchos Niños Adoptados:
Pérdida:
Cualquiera que sea la razón que explique por qué un niño termina siendo adoptado, ese niño ha sido separado de sus padres biológicos. Es posible que algunos niños hayan vivido con varias familias de acogida y, por lo tanto, hayan perdido no solo una, sino varias familias.
Rechazo:
Los niños adoptados pueden sentirse rechazados por sus padres biológicos porque no les querían o no podían cuidar de ellos.
Culpabilidad o vergüenza:
Algunos niños pueden sentir que hay algo malo en ellos y por ello sus padres biológicos no se quedaron con ellos.
Duelo:
los niños adoptados pueden sentir duelo por la pérdida de sus padres y familiares biológicos.
Identidad y Autoestima:
Todos desarrollamos una narrativa de nuestra vida. Empezamos a crear esta narrativa a partir de las historias sobre el dia que nacimos, nuestro primer día de colegio, el día que aprendimos a montar en bicicleta, que nos cuentan nuestros padres y los adultos que tenemos alrededor. A medida que crecemos, seguimos desarrollando nuestra narrativa personal sumando nuestras propias experiencias. Los niños adoptados pueden tener problemas para desarrollar su identidad porque es probable que tengan lagunas en su narrativa que no pueden llenar. Las preguntas sobre la identidad son particularmente importantes durante la adolescencia.
Intimidad:
A los niños adoptados les puede resultar difícil establecer relaciones íntimas y de confianza, especialmente si han vivido con varias familias diferentes o si han sido víctimas de abuso.
Dominio y control:
Dependiendo de la edad y de las circunstancias de la adopción, algunos niños pueden sentir que han perdido el control sobre sus vidas.
Ahora Te Contamos Algunas Sugerencias Para Abordar Estos Problemas:
Sé honesto y abierto:
Los niños adoptados pueden tener problemas de identidad, por lo que es muy importante ayudarles a crear una identidad sólida y una narrativa personal. Haz de la adopción un tema normal de conversación. Si el niño tiene tienen preguntas para las que no tenemos respuesta, hay que decírselo. Ten la mayor información posible sobre la familia biológica de tu hijo. No le mientas sobre el hecho de que es adoptado o las circunstancias de la adopción. Amanda Baden, que lleva 25 años examinando la adopción, publicó un estudio hace unos años sugiriendo que es mejor revelar la información antes de que el niño cumpla tres años. Baden descubrió que los niños que podían recordar el momento en el que les contaron que eran adoptados (sobre los 3 años o más mayores) tenían mayores niveles de angustia que aquellos niños que no recordaban haber tenido “la conversación”. Una de las cosas más difíciles de que te lo digan más adelante en la vida es darte cuenta de que todos los demás (abuelos, tíos, amigos) sabían la verdad y te la ocultaron.
Algunas personas pueden argumentar que es mejor esperar hasta que el niño tenga la edad suficiente para poder comprender realmente los entresijos del proceso de adopción, pero si lo piensas hablamos todo el tiempo con los niños pequeños sobre cosas que no pueden entender completamente (el espacio, el cambio climático, la extinción de los dinosaurios). Cuando son pequeños, comprenden los conceptos básicos de la adopción y, a medida que crecen, lo irán entendiendo mejor, sabiendo que nunca les mintieron. Si mientes a tu hijo y se entera, digamos cuando tenga 14 años, tendrá que reconstruir su propia identidad, lo que dañará su autoestima y su relación contigo. Si descubren que les mentiste sobre algo tan importante, les resultará difícil volver a confiar en tí y cuestionarán todo lo que les han contado.
Considera mantenerte en contacto con la familia biológica de tu hijo:
Numerosas investigaciones demuestran que los niños que mantiene contacto con sus familias biológicas, suelen llevar mejor los sentimientos de pérdidas y dolor, y encuentran más fácil desarrollar su identidad y narrativa. Además, mantener el contacto con sus familias biológicas puede ayudar a los niños a acceder a información médica importante, tener más adultos que los apoyen en sus vidas, comprender su herencia cultural y étnica y relacionarse con la familia biológica como personas reales en lugar de denigrarlos o idealizarlos. Por supuesto, cada familia es diferente y solo vosotros podéis considerar qué funciona mejor para vuestro hijo.
Crea un hogar con mucho amor, limites y estable:
Las investigaciones muestran que a todos los niños les va mejor en hogares cálidos, afectuosos y estables. Esto no significa ser laxo o no tener reglas. La idea es ser muy cariñosos pero al mismo tiempo establecer límites claros. Esto le dará al niño una sensación de seguridad.
Tener una rutina constante es clave para cualquier niño, pero aún más para los niños adoptados que a menudo han experimentado entornos inestables e inseguros. Dependiendo de la edad del niño, es posible que haya experimentado una pérdida de control, por lo que permitirle tomar algunas decisiones (por ejemplo, qué actividades extracurriculares realizar, cómo decorar su dormitorio) le ayudará a desarrollar confianza y ganar cierta sensación de control.
Ser demasiado punitivo en la forma de disciplinar a su hijo puede no ser una buena idea porque puede profundizar su baja autoestima. En su lugar, trate de utilizar elogios (por ejemplo, «¡Has ordenado muy bien!») y recompensas (por ejemplo, «Si te bañas ahora, puedes mirar televisión más tarde») en lugar de castigos.
Trabaja mano a mano con el colegio de tu hijo:
Los niños pasan alrededor de 15.000 horas en el colegio, por lo que es muy importante que los profesores conozcan las circunstancias de tu hijo, de lo contrario no podrán apoyarlo de manera efectiva. Los niños adoptados tienen más probabilidades de ser expulsados del colegio y de dejarlo antes de terminar. Sin embargo, siempre que los niños cuenten con el apoyo de sus familias adoptivas y sus colegios, no hay ninguna razón por la que no puedan prosperar académicamente. Es importante que el personal del colegio esté formado sobre las necesidades que pueden tener los alumnos que han sido adoptados para que les puedan apoyar de manera eficaz.
Ten cuidado con los elogios y evita comparar a tu hijo con los demás:
Algunos niños adoptados tienen baja autoestima y un profundo sentimiento de vergüenza. Si tus elogios son demasiado exagerados («¡Eres el chico más inteligente del mundo!»), es posible que no te crean y que su baja autoestima se acentúe. Siempre es mejor elogiar sus comportamientos («¡Mira cuánto esfuerzo pusiste en ese examen, y has sacado un 10!») que su personalidad («¡Has sacado un 10, que listo eres!”). Además, trata de no comparar a tu hijo con sus hermanos (si los tienen) u otros miembros de la familia.
Concéntrate en la salud mental de tu hijo:
Los niños adoptados tienen más probabilidades de experimentar dificultades emocionales, sociales y de salud mental que los niños no adoptados. La mayoría de los niños adoptados han experimentado un trauma y necesitan tiempo y apoyo para superarlo. Las experiencias negativas tempranas, como la negligencia y el abuso, alteran la estructura y el funcionamiento del cerebro del niño, así como los sistemas que gestionan el estrés. Puedes ayudar a tu hijo proporcionándole un entorno estable y predecible tanto en casa como en el colegio para que empiece a ver el mundo como un lugar seguro. Algunos niños pueden necesitar apoyo profesional en algunos momentos de su vida.
Conoce los recursos disponibles para utilizarlos cuando los necesites:
Algunas familias adoptivas pueden necesitar mucho apoyo mientras que otras necesitan poco o nada. Algunas pueden necesitar un apoyo diferente en determinadas etapas de la vida. En cualquier caso, es bueno saber qué recursos hay disponible en caso de que lo necesite. Servicios de terapia, servicios de salud mental, grupos de apoyo, clases para padres pueden resultar útiles.
Esperamos que hayas encontrado útil este artículo. Escríbenos si tienes alguna pregunta o quieres sugerirnos temas sobre los que escribir.
Si necesitas apoyo personalizado, recuerda que tienes disponible a tu terapeuta. ¡Te estamos esperando!
Con todo nuestro cariño ,
Ana
With the start of the academic year, new friendships are formed, others are left behind, social groups reshuffle and sadly, bullying may happen. Because let’s be honest, bullying happens in most schools. I am very weary when schools say that it doesn’t happen in their establishments. It does happen, the important thing is how the school community tackles it.
What Is Bullying?
Bullying happens when a child hurts another on purpose. The bully has more power than the victim, they may be stronger, bigger, or more popular.
Bullying is not a one-off quarrel. It happens repeatedly over a period of time. It is more frequent between the ages of 10-13 but it can happen at any age.
Types of Bullying
- Emotional: Socially isolating the child, calling them names, laughing at them…
- Physical: Kicking, punching the child, damaging their property…
- Cyberbullying: It is a form of emotional bulling using electronic devices. The issue with cyberbullying is that the victim cannot escape their attackers. They get no rest from the bullying. Not even when they are home and are meant to be safe.
Who Is at Risk of Being Bullied?
Everyone is at risk, but the reality is that some children are more likely to be bullied than others. Children that are perceived to be different in any way, for example, because they are new to the school, are from a different country or a different religion are more likely to be bullied. Children with low self-esteem, those with disabilities or special needs are also at a higher risk. In general, children who are thought to be “weaker” or “different” are more likely to be bullied.
How to Know if my Child Is Being Bullied?
- A sudden loss of confidence, the child becoming very withdrawn, moody, aggressive, throwing tantrums, being angry
- School achievement falling
- Not wanting to go to school: Finding excuses in the morning, complaining of feeling unwell in the morning
- Coming back home without their materials or broken materials
- Saying that they did not have lunch because maybe the bully took their lunch or took their lunch money
- Having bruises or cuts
What to Do if my Child Is Being Bullied?
- Explain what bullying is and focus on behaviour rather than labelling other children (“They are mean”) or your child (“You are weak”).
- Make it very clear that it is not their fault in any way.
- Reassure your child that action can be taken.
- Encourage them to be assertive. This doesn’t mean that they must be aggressive but calm and firm about their feelings. Practice role play at home so that when they face the bully, they have the tools to respond to them.
- NEVER tell your child to sort it out by hitting the bully back. It rarely works and it can get your child into deeper trouble.
- Explore ways to extend their friendship groups, for example by joining new clubs.
- Encourage activities that encourage self-esteem such as drama or sports.
- Explore ways with them to approach the school even if they don’t want to. You can maybe propose that you talk together with their favourite teacher.
- DO NOT dismiss it as banter. If your child comes to you because they are being hurt or threatened, try not to say things like “Oh toughen up, it is just a bit of banter” or “Don’t be overdramatic, that has always happened and here we are”. Bullying can have dramatic consequences especially when the victim thinks there is no way out.
- Keep a bullying diary in case you need it in the future.
Why Do Some Children Bully Others?
The answer to this question is a rather complicated one. There is not one simple factor that explains a child becoming a bully. Bullying behaviour is influenced by a wide range of home, individual, school, neighbourhood, and societal factors.
Children bully others to gain status in their peer group. They seek out approval from their peers by being tough, cruel and powerful or by gaining reputation. Bullies often lack empathy, and their need to belong to the group overrides any other feelings they may experience.
It is important to remember that bullies themselves tend not to do well across many aspects of life. They tend to have problems at school, and show high levels of aggression, depression, and anxiety. They also have difficulties managing their emotions, particularly their anger.
What if my Child Is the Bully?
No parent wants to think that our child is a bully but when bullying happens someone is doing it! Let’s start by saying that is it NOT your fault if the child is the bully.
If your child is indeed the bully, you need a plan of action with the school. Together you need to find the motivation for your child’s behaviour. Why are they doing it? Professional support may be a good idea in these cases. Consider that many bullies continue to behave that way all their lives, so it is very important that you tackle the issue as soon as possible.
Finally, it is important to consider that bullying rarely happens in isolation. Usually, the whole class or the whole peer group know about it. Some children may encourage it, others may think it’s wrong but they may be afraid of saying something and risking being next, whereas others may defend the victim. It is really important that all parents have a chat with our kids about this issue, encouraging them to confide in us or other adults around them if them or others are being bullied. Stopping bullying is not only the responsibility of schools or of those directly involved in it, but of all of us.
This article is based on Professor Helen Cowie’s masterclass: The complete guide to bullying. Do watch it to find out many more resources and information. If your child is struggling with bullying do not hesitate to get in touch with your REC Parenting therapist. If you do not have a therapist but would like to get started, get in touch with us. We are here to support you!
Much love,
Ana
The summer holiday is a good time to reflect on what worked and did not work during the previous academic year, allowing you to start the new one feeling refreshed (hopefully!) and with new goals. Doing so will help you to achieve work-life balance. This means giving equal importance to your career demands and your personal life. Work-life balance is more than a catchphrase: it’s a necessity.
Here are eight tips to achieve work-life balance:
- It’s OK not to be perfect
There is no such thing as the perfect parent. It is important that we let go of that idea. You are not a superhero. There will be times when things won’t be perfect. Accept that this is fine, you are not failing, you are doing the best you can. And remember that for the most part, the idea of parenting we see in social media is not real. Don’t fall into the trap! Perfection is an unrealistic goal, trying to achieve it will only lead you to feeling stressed and unsatisfied.
2. Ask for help
Asking for help is not a sign of weakness. Remember the saying “It takes a village to raise a child”? It is true! And even more in the case of working parents and single parents. We all need help sometimes. Coordinate with other parents and family members. Take turns accompanying children to and from school, share birthday parties, and coordinate playdates so you can all have some free time.
3. Be flexible
Understanding that there may be moments when your family needs you more and other moments when your work demands your full attention is essential. Be flexible and be ready to re-prioritise when things change.
4. Do not neglect yourself
If you want to be able to take care of others, you must take care of yourself. If you are not feeling strong, you won’t be able to do well at home or at work. Remember to sleep and eat well, and exercise regularly. Many of us feel guilty when we have some ‘me time’, but we must learn to ignore that feeling! Think that taking care of yourself is the first step to take care of everything and everyone in your life.
5. Do not feel guilty because you work
Use the time that you have with the kids to enjoy them, do things together, and support them. Do not waste your time wishing that you didn’t have to work. Those thoughts are not helpful, especially if you have no other option but to work. You can be a working parent and a fantastic parent, don’t let anyone tell you otherwise!
6. Learn to say “no”
For many of us saying no is difficult. Maybe for you saying no is packed with guilt, you are a people pleaser, or you are afraid of disappointing others. However, think that your time and resources are limited, and you should put your energy and effort on the things that are important to you and your family. Whenever a request that you don’t want to do or can’t do comes your way, say no. The sooner you do it, the better so that you avoid unnecessary stress. Some ways of saying no are: ‘Sadly, I have something else going on’, ‘I wish I were able to’, ‘I don’t have the bandwidth to do it right now’, ‘Thanks for thinking of me. However, I am not able to’, or ‘I’m sorry, I’m not able to fit this in’. The more you do it, the easier it will become!
7. Set expectations at home and at work
The start of the academic year is the perfect moment to spend some time alone and decide what you want to achieve in the coming months. Similarly, it is a good time to hold ‘expectations meetings’ at home and at work. At home, establish with your family what will be expected of each one of you, the rules and the organisation of the household for the Autumn months.
At work, depending on your role you can have a similar discussion with your colleagues and team members. Doing this will reduce the likelihood of having to say ‘no’ as well as reduce disappointments, frictions, and arguments.
8. Change one unhealthy habit
Many of us have habits that are not the best for our physical and mental health. Perhaps you drink a bit too much, don’t exercise enough, eat too much processed food, or spend too much time on Instagram. Whereas it is not realistic trying to change all our bad (or not that good) habits at the same time, it is realistic to try to change one. Decide one habit that you would like to change, and go for it!
We wish you and your family all the very best for the new academic year. If you feel you need some extra support, remember to contact your REC Parenting therapist. You can also get in touch with us at hello@recparenting.com We are here to support you and your family!
Much love,
Ana
The first day at nursery is a big day, not only for your child but for the whole family. In this article we give you seven tips to help you prepare your child for their first day.
1. Talk Positively About Nursery
Walk past the nursery, attend an open day or an induction session. Establish that this is their nursery and talk about when they will join. Take some photos or look at the photos on the website together. Doing this helps your child to achieve a sense of familiarity with it. If your child is excited about it, keep on talking about it regularly, for example, you can count the number of sleeps. If in contrast, your child is anxious it is better not to discuss it too much to avoid building the anxiety.
2. Talk About Others’ Experience at Nursery
As a general rule, sharing your own or other family members’ experience helps your child understand that they are not alone in whatever they are going through. Ask them how they are feeling and validate those feelings. Try to avoid saying things like: “You will be fine”. Instead say things like: “I understand this is tough. I remember it was tough for me as well. Let’s see how we can help you to make things easier”.
3. Organise Playdates with Future Classmates
This is a great way for you and your child to build some relationships.
4. Practice Relevant Skills
Sharing, turn-taking, putting their coat on (watch this video to learn the best method), taking shoes on and off, drinking independently from a cup…
A common question is whether children need to be potty trained before starting at nursery. This varies from nursery to nursery. Some will ask for your child to be trained before starting whereas others will support you in this transition. In general, it is best to wait for the child to be ready. If possible, do not rush to do it in the last few weeks before nursery starts. Consider that when they start nursery, children may feel uncomfortable asking a new adult to help them in the loo and may not ask, leading to accidents that will most likely upset them. Also, at the beginning they are more likely to miss the signs because they are in a new and stimulating environment. If your child is not potty trained at the start, allow them to settle at nursery, and once they are happy you can agree with their teacher on the best time to do it.
5. Engage in Role-Play
If the nursery has a uniform or a bag, practice wearing it and role play going to school. This can be a great activity if another child you know is also starting at the same nursery.
6. Remove Their Dummy or Comfort Object for Periods of Time
Try to remove them for the part of the day that they will be at nursery. Working on language and communication will be a priority at nursery, and this will be difficult using a dummy. Similarly, your child will be working on their fine (e.g., cutting, sticking) and gross (e.g., throwing a ball) motor skills and this will be difficult if they are holding a comfort object. Explain to your child that they will be kept safe at home or at nursery until they are finished.
7. Work on Separation
Arrange to leave them even for a short period of time with a friend or a family member. Be confident when you leave and reassure them that you are coming back. Depending on how they feel, start with a few minutes and build up to an hour or two. If they are sad, tell them it is OK to feel that way and remind them that you came back as promised. Stay positive, discuss the great things they did while you were away.
What happens if your child cries a lot when you leave them at nursery? By the time your child starts nursery, they will have established a strong attachment with you and other caregivers. So, leaving you will most likely upset them. Parents usually ask if it is better to stay with their child while they settle or to leave straight away. Consider that your child needs to establish a bond with their new teacher. Why should they even try if you are there, covering all their emotional needs? The best thing when you get to nursery is to explain to your child that you must leave to go to work or run errands and explain that you will return soon. Usually, there will be tears, but your child will eventually settle. The teacher will be able to support your child better once you are gone through fun and engaging activities. Do not however sneak off, it is much better to be honest and say you are leaving. Your child will develop confidence in you that way.
If your child cries a lot, it may be a good idea to start with short sessions and gradually build up the time, keeping the separation routine consistent each time. For some children, it may take a long time but if they see that you are becoming anxious, it may be harder from them. Remember each child is different!
We hope your child has the best time at nursery! The information on this article is based on our masterclass: Choosing the right nursery for your child. Watch it here to learn more tips and useful information. If you have any questions, get in touch with me. We are here to support you and your family!
Much love,
Ana
Una de las habilidades más importantes que podemos enseñar a nuestros hijos es la competencia emocional. Los niños que son emocionalmente competentes suelen ir mejor en el colegio, tienen más amigos, se llevan mejor con sus profesores y suelen ayudar más a los demás.
¿Qué es exactamente la competencia emocional? Es la habilidad de entender, expresar y regular nuestras emociones. Los padres podemos ayudar a nuestros hijos a ser emocionalmente competentes hablando sobre emociones con ellos. Cuanto más hablemos sobre emociones con nuestros hijos, más emocionalmente competentes serán.
¿Cómo hablar con tu hijo sobre emociones? Aquí te dejamos algunas ideas:
Estoy aquí para tí, sientas lo que sientas: Los niños experimentan muchas emociones y a veces estas emociones están acompañadas por culpa o vergüenza. Imaginemos, por ejemplo, que un niño está increíblemente celoso porque su mejor amigo entró en el equipo de fútbol del colegio y él, no. También puede sentirse avergonzado o culpable porque sabe que no debería estar celoso. Si le decimos que estamos a su lado sin importar lo que él sienta, le estamos permitiendo sentir lo que sea que esté sintiendo. De esta manera puede que se abra y discuta sus sentimientos con nosotros o con otras personas. Esto es increíblemente positivo para su salud mental
¿Por qué te portas así? Pensemos en cómo te sientes: La forma en que nos comportamos es el resultado de nuestras emociones. Por lo tanto, es importante que ayudemos a nuestros hijos a entender que dependiendo de cómo se sientan, se comportarán de una u otra manera. Por ejemplo, si explicamos a nuestro hijo adolescente que cuando no duerme lo suficiente, se vuelve muy irritable, puede elegir no acostarse antes (como suelen hacer los adolescentes), pero al menos será consciente de este vínculo entre sus emociones y su comportamiento. Ahora al menos tiene la información para decidir si cuando tenga un día importante por delante, quiere irse a dormir temprano.
Lo que sientes ahora mismo no durará para siempre: A veces los niños experimentan sentimientos negativos intensos (por ejemplo, tristeza, ira, celos…) y piensan que se sentirán así para siempre. Es muy importante enseñarles que los sentimientos no duran para siempre, y que su intensidad disminuye con el paso del tiempo. Esta es una idea muy importante que debemos enseñar a los niños porque a veces se sienten muy mal y creen que esas emociones nunca desaparecerán. Al decirles que esos sentimientos no durarán para siempre, les estamos protegiendo contra comportamientos perjudiciales como las autolesiones.
Está bien sentir lo que sientes: Niños y adolescentes quieren encajar en el grupo. Necesitan sentir que son ‘normales’. Al decirles que no hay nada raro en lo que están sintiendo, estamos normalizando sus emociones y les estamos haciendo sentir que no son unos ‘bichos raros’.
Algo que tiende a ayudar a los niños es decirles que recuerdas sentirte de esa misma manera cuando tenías su edad. Cuando mi hijo tenía unos ocho años, pasó por un período en el que los domingos por la noche le entraba angustia cuando pensaba en la semana escolar que tenía por delante. Al decirle que yo también me sentía así cuando era pequeña, él normalizó sus emociones y aunque no dejó de sentirse así, le parecía que no era nada raro y que no pasaba nada por sentirse así.
No dejes que tus sentimientos te controlen: Hasta cierto punto, podemos controlar nuestros sentimientos. Esto se llama regulación de emociones y la mejor manera de hacerlo, es cambiando la forma en la que pensamos sobre lo que estamos sintiendo. Por ejemplo, si un adolescente se muda de ciudad porque su madre ha cambiado de trabajo, probablemente sentirá una mezcla de tristeza, ira y ansiedad. La mejor manera de controlar esos sentimientos es ayudarle a considerar su evaluación de la situación, algo que sí puede controlar. Podemos decirle que tiene dos opciones: Una es no hacer nada y seguir sintiéndose mal. La otra opción es reconocer que aunque él no ha elegido mudarse, puede ser una nueva oportunidad para conocer una nueva ciudad, y hacer más amigos. Tenemos que recordar a nuestros hijos que podemos controlar cómo evaluamos las situaciones por las que estamos pasando. La situación que están experimentando puede no ser su elección, pero cómo evalúan esa situación sí es su elección.
Pongamos un nombre a ese sentimiento: Muy a menudo y especialmente en el caso de los niños pequeños, experimentan emociones pero no saben cómo nombrarlas. Es importante que les ayudemos a poner etiquetas a sus emociones porque los niños tienden a sentirse mejor simplemente haciéndo este simple ejercicio. El etiquetado de emociones también ayuda a los niños a entender la causa de esa emoción, y la próxima vez que se sientan de esa manera, comprenderán mejor lo que está pasando.
Así que, recuerda que es muy importante discutir emociones con tus hijos. Cuanto más hagas esto, más emocionalmente competentes serán tus hijos. No olvides que la competencia emocional es una habilidad super importante para tener en la vida. Cuanto más emocionalmente competentes sean los niños, mejor les irá en la vida.
Si te interesa este tema, tienes muchas más información en la masterclass de la Dra. Harriet Tenenbaum.
Espero que este artículo te ayude. Si tiene preguntas o comentarios, mándanos un email a: hello@recparenting.com
Con muchos niños ya de vacaciones y muchos otros a punto de empezar, los padres se enfrentan al desafío de cómo lidiar con ellos en casa mientras tienen que trabajar. Este puede ser un momento difícil y estresante, especialmente si no tienes familia o amigos para echarte una mano y no les puedes o no quieres mandarles a un campamento de verano.
Estas son algunas ideas que te pueden ser útiles:
- Establece expectativas y limites:
Establecer expectativas es útil para que todos tengais claro cómo van a funcionar las cosas. Al principio de verano organiza una reunión familiar para decidir las reglas. Discute las expectativas (por ejemplo, organiza tu habitación, pon el lavavajillas, horas de salidas y llegadas…). Decidir juntos la estructura de los días para que los niños sepan qué esperar. Explica a tus hijos las horas durante las que estarás trabajando. Por ejemplo, “necesito estar en mi mesa sin que me interrumpais entre 9-12. Una vez que haya terminado, podemos ir al parque”. Hacer esto todos los días ayuda a sus hijos a manejar sus expectativas y les da estabilidad.
También es bueno tener unas reglas sobre cuando te pueden interrumpir cuando estes trabajando. Por ejemplo, “Sólo puedes entrar en mi estudio (o donde estés trabajando) si llaman al timbre o si te has hecho daño”. Evita decirles que entren cuando haya una emergencia, porque la definició de emergencia puede ser diferente para tí y para tus hijos. encia! Define claramente qué cuenta como una emergencia.
Establecer expectativas ayudará a tus hijos a estar más tranquilos si no estás con ellos, y es menos probable que tú te frustres si no respetan tus necesidades. A veces los padres nos agobiamos porque creemos que necesitamos llenar cada momento de la vida de nuestro hijo con experiencias “útiles”y les organizamos constatemente planes. Recuerda que también hay valor en que los niños de vez en cuando se aburran porque de esa manera, tendrán má oportunidades de desarrollar su creatividad.. De igual manera, es bueno que los niños puedan decidir con qué quieren jugar y cómo quieren jugar. Es bueno aprender y acostumbrarse a estar con uno mismo y esto no es algo que los niños aprenden si les organizamos cada minuto de su vida
Y recuerda, no te sientas culpable si estás trabajando durante las vacaciones de verano. ¡Estás haciendo lo que tienes que hacer y lo haces lo mejor que puedes!
2. Adapta tu horario a las necesidades y rutina de tu hijo (si puedes)
Si puedes, trata de adaptar tu horario de trabajo a tu hijo. Por ejemplo, si tu adolescente duerme hasta el mediodía, usa ese tiempo para trabajar y cuando se despierten, podeis comer juntos. Si tienes un bebé que duerme la siesta por la mañana y por la tarde, usa ese tiempo para trabajar.
3. Ten un espacio solo para tí (si es posible)
Trabajar mientras los niños están en casa puede ser complicado pero trabajar en la misma habitación que los niños definitivamente no es fácil. Si es posible, dedica un espacio en la casa que sea solo tuyo para trabajar y deja claro a los niños que no pueden entrar a menos que haya una verdadera emergencia. Si es posible, evita trabajar en la cocina porque siempre habrá que alguien vaya a por agua o a picar algo.
Si tienes que trabajar con los niños en la habitación, animaless a hacer actividades que no sean demasiado ruidosas, como leer, hacer un puzzle o Legos… ¡Otra opción es que uses tapones para los oídos!
4. Relaja las reglas
Las vacaciones son el momento ideal para relajar un poco las reglas. No me refiero a volvernos locos porque los niños siempre necesitan orden y rutina (sobre todo los más pequeños) pero podemos relajarnos un poco. Por ejemplo, podemos dejarles jugar videojuegos un poco más de lo habitual, dejar que nuestro adolescente se levante un poco más tarde, o que nuestro hijo de 10 años se vaya a la cama media hora más tarde de lo habitual. Pero diles que estas reglas solo aplican durante las vacaciones. ¡De lo contrario, tus tropas pueden rebelarse cuando empiece el colegio!
Si relajas las reglas, comienza a volver a la ‘normalidad’ unos días antes de que el colegio empiece de nuevo para que tu hijo tenga tiempo de acostumbrarse.
5. Encuentra tu pueblo
Dicen que ‘se necesita un pueblo’ para criar a un niño. Y es verdad. Si tienes amigos o familia con niños, ofréceles organizar turnos: llevate a sus hijos algunas tardes y que ellos se lleven a los tuyos otras. Si todos los niños están haciendo las mismas actividades, organizar turnis para llevarles y recogerles. Pregúntale a otros padres cómo se organizan, pueden darte consejos e ideas útiles.
6. Ten tus prioridades claras
Decide cuales son tus prioridades familiars y laborables durante el verano. Siendo realistas probablemente no tendrás tiempo para hacer todo lo que te gustaría. Así que decide lo que realmente tienes y quieres hacer y lo que puede esperar a después de verano, de esta manera evitarás sentirte frustrado y desanimado. Trata de ser realista con tu tiempo, no sé tú pero yo siempre soy super optimista con el mío.
Planea y sé flexible. Si las cosas no están funcionando como habías planeado, sé creativo y piensa en otras soluciones o estrategias.
7. Y sobre todo… ¡Disfruta de tu hijo!
Las vacaciones son un momento en el que no tenemos que seguir un horario estricto y los niños tienen menos obligaciones. Por lo tanto, es menos probable que discutamos con nuestros hijos sobre los deberes ola hora de irse a la cama. Utiliza las vacaciones para charlar con ellos, divertiros, y hacer cosas juntos que os gusten a todos.
A veces, como padres caemos en la trampa de pensar que necesitamos estar siempre haciendo algo ‘útil’’ con nuestros hijos. Recuerda que también hay valor en ‘no hacer nada’. Pasar una mañana perezosa en la cama, ver una película por la tarde, o jugar a videojuegos juntos, son momentos valiosos. Durante estos momentos, estas fortaleciendo el vínculo con tu hijo. ¡Eso es muy valioso en sí mismo!
Sea como sea que planees pasar el verano, te deseamos todo lo mejor para tí y tu familia. Ójala podais descansar y recargar pilas. Para cualquier duda o comentario, mandanos un email a: hello@recparenting.com
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Hoy nos gustaría hablar sobre el desarrollo de los niños que viven en familias del mismo sexo y transgénero.
Para ello, tenemos la suerte de contar con la Profesora de la Universidad de Cambridge, Susan Golombok, como una de nuestras expertas. La Profesora Golombok ha estudiado desde los años setenta si hay diferencias entre los niños que crecen en familias gays y los niños que crecen en familias heterosexuales. Más recientemente, también ha estado estudiando niños que viven en familias trans.
¿Qué dice su investigación? Todos sus estudios demuestran que los niños que viven con padres del mismo sexo se desarrollan igual (y a veces incluso mejor) en aspectos de salud, sociales, emocionales y academicos que los niños que viven en familias heterosexuals. Los niños que viven en familias trans tienden a mostrar los mismos resultados, aunque es importante señalar que la investigación sobre estas familias sigue siendo bastante limitada.
¿Por qué a los niños que viven en familias del mismo sexo les va a veces mejor que a los niños que viven en familias de diferentes sexos? El camino para tener hijos suele ser más difícil para los padres del mismo sexo porque a menudo tienen que recurrir a tratamientos de fertilidad, a la gestación subrrogada o la adopción. Estos procesos suelen ser largos y duros, y las parejas tienen que estar muy comprometidas a tener un hijo para no abandoner la idea por el camino. Por consiguiente, los investigadores creen que estos padres tienden a estar muy dedicados a sus hijos cuando consiguen tenerlos. Les dan mucho tiempo, dedicación y amor, y estos son los ingredientes necesarios para que un niño prospere.
Una pregunta que a menudo surge es si los niños que viven en familias del mismo sexo se identificarán con sus padres y serán también gay o lesbianas. Las estudios demuestran que los niños que crecen en familias del mismo sexo no son más propensos a ser gay que los niños que viven en familias heterosexuales o los que viven en hogares monoparentales.
Por lo tanto, parece que el desarrollo de un niño tiene poco tiene que ver con la identidad de género o la orientación sexual de sus padres. ¿Qué importa entonces? Lo que importa es lo que sucede dentro de la familia: los niños necesitan familias estables, que se quieran y poco conflictivas. Esto es lo que importa y no que sean gays, transexuales o heterosexuales.
Sí hay sin embargo, un riesgo importante para los niños que viven en familias del mismo sexo: la estigmatización social. Aunque el acoso abierto hacia estos niños ha disminuido en los últimos años, la estigmatización de bajo nivel sigue siendo bastante frecuente. Por ejemplo, el uso de la palabra “gay” de una manera peyorativa puede ser molesto y dañar a los niños.
Si estás interesado en este tema, echa un vistazo a la masterclass de la Profesora Susan Golombok, en la que que da muchos consejos útiles. Si tienes algún comentario o pregunta, no dudes en mandaronos un email a: hello@recparenting.com