Ser padres es un reto. Uno de los más difíciles es cómo disciplinar a nuestros hijos. Preguntas como: “¿Estoy siendo demasiado estricto?”, “¡Nada de lo que hago funciona con mi hijo!”, o “¿Cómo puedo asegurarme de que mi hijo siga las reglas?”, son comunes entre los padres.

Generalmente pensamos en la disciplina en términos de castigos, pero la disciplina es mucho más que eso. Se trata de establecer límites y consecuencias y fomentar el buen comportamiento. El objetivo de la disciplina es que los niños comprendan por qué lo que hicieron estuvo mal, para que no lo vuelvan a hacer.

A medida que los niños se desarrollan, las estrategias de disciplina que utilizamos deben cambiar para adaptarse a su etapa de desarrollo. Sin embargo, hay cinco reglas que aplican independientemente de la edad de tu hijo.

Las Cinco Reglas Más Importantes

1. La disciplina funciona mejor cuando tienes una relación cálida y de confianza con tu hijo (1).

2. Sé un modelo: como padres, es mucho más importante lo que hacemos (2) que lo que decimos. Piensa que los niños nos observan constantemente. Por lo tanto, si quieres que tu hijo lea, debes leer. Si no quieres que tu hijo pegue a los demás, tú no debes pegar. Si quieres que tu hijo diga “por favor” y “gracias”, tú debes decir “por favor” y “gracias”.

3. Sé coherente: explica las reglas y cúmplelas. Si tienes un compañero de crianza, haz que participe. La disciplina inconsistente se ha relacionado con la depresión infantil y una peor adaptación de los niños y adolescentes.

4. Sé el adulto en la relació: gran parte de la disciplina infantil tiene que ver con la disciplina de los padres (3). Aprende a controlar tus reacciones. Si crees que vas a perder el control, es mucho mejor salir de la habitación y tranquilizarte. Vuelve a enfrentar la situación una vez que tengas el control de tus emociones y acciones.

5. No utilices el castigo físico: la mayoría de los estudios en esta área muestran que el castigo corporal (4) es malo para los niños (incluso los cachetes). Algunos estudios no han demostrado consecuencias negativas. Pero NINGÚN estudio ha demostrado que el uso del castigo físico sea bueno para los niños. (Lee más sobre este tema aquí).

Veamos ahora algunas estrategias de disciplina que se pueden utilizar con niños de distintas edades.

Disciplina Entre los 1 y los 3 Años

1. Usa elogios: como padres, muchas veces ignoramos el buen comportamiento y nos centramos únicamente en el negativo. Es importante que usemos elogios cuando nuestro hijo se porta bien. A los niños les encanta que sus padres se alegren con ellos, así que cuanto más les dejes saber que te gusta lo que están haciendo, más probabilidades habrá de que lo repitan. Cuando los elogie, sé específico. En lugar de decir: “Que bueno/a eres”, di: “¡Mira qué bien estás compartiendo con tu hermana, bien hecho!”. De esta manera, sabrán exactamente lo que están haciendo bien y es más probable que lo repitan (5).

2. Redirígelos: en esta etapa, siempre que tu hijo esté haciendo algo que no debería hacer (por ejemplo, intentar meter el dedo en el enchufe), llévalo a hacer otra cosa.

3. Si dices “no”, cíñete a ello: si le dices que no a que se tome un helado pero una vez que empieza a quejarse, cedes, le estás enseñando que quejarse funciona. Es más probable que lo vuelva a hacer. Lo ideal es decir algo como: “Sé que quieres un helado, a mí también me encantaría, pero ya casi es la hora de comer, así que no podemos comerlo”, y luego esperar que todo salga bien.

4. No los dejes solos (6) para que piensen en lo que han hecho (o en el paso de la desobediencia): cuando aíslas a un niño pequeño y le dices que piense en lo que ha hecho, ¿de verdad crees que va a funcionar? Todavía no tienen la capacidad de reflexionar sobre su comportamiento. Lo más probable es que solo se enfaden y se frustren más.

5. No refuerces el comportamiento negativo: si a tu niño le gusta tirarte del pelo y siempre que lo hace le haces cosquillas y lo haces reír, lo volverá a hacer. ¿Por qué no lo haría? ¡Está conseguiendo tu atención y riéndose a carcajadas! En cambio, con cara seria y sin quejarte, cógele la mano y redirígelo para que haga otra cosa.

Disciplina Entre los 3 y los 8 Años

1. Utiliza consecuencias lógicas en lugar de castigos. Si tu hijo nunca pone la ropa en el cesto y la deja en el suelo, en lugar de castigarlo sin ver la televisión, dile que a partir de ahora solo se lavará la ropa que esté en el cesto. Cuando no tenga ropa limpia, se acordará de usar el cesto (si no le importa usar ropa sucia, entonces tienes otro problema). De esta manera, lo estás “castigando” y estás abordando el problema que necesita ser resuelto.

2. Utiliza “cuándo” y “entonces”: “Cuando hayas hecho los deberes, entonces puedes ver la televisión”. Este enfoque suele funcionar bien porque sienten que tienen cierto control y elección.

3. Adopta un enfoque de entrenador: Nuestro objetivo como padres es ayudar a nuestros hijos a aprender de sus errores para que puedan hacerlo mejor la próxima vez. Por ejemplo, si cuando tu hijo pega a alguien, solo le dices “¡No puedes pegar, eso no se hace!”, no le estás enseñando cómo comportarse la próxima vez. Tal vez pegar sea la única herramienta que tiene. En lugar de eso, ofrécele opciones para el futuro (7). “Pegar está mal porque hiciste daño a tu amigo. Veo que estás enfadado, ¿Qué podrías hacer la próxima vez que estés en la misma situación? ¿Quizás podrías decirle a tu amigo que estas enfadado y por qué?”.

4. No hagas amenazas que no puedas cumplir: “¡Si no te portas bien, paro el coche y te dejo en mitad de la carretera!” o “¡Te quedas castigado dos años!”. Sé realista porque lo ideal es que cumplas tu palabra.

5. No uses «time out» en su lugar, usa «time in» (8) (e.j., “Pensemos en cómo te sientes” o el tiempo libre (e.j., “¿Quieres cinco minutos para lavarte la cara y calmarte?”).

Disciplina Durante la Pre-Adolescencia y Adolescencia

1. Explica, explica, explica: los adolescentes deben entender (9) por qué lo que hicieron estuvo mal. Si estableces consecuencias, deben verlas como justas, incluso si no están de acuerdo con ellas. Esta es la mejor manera de que internalicen el mensaje.

2. Dales autonomía: dales algunas opciones y negocia cuando sea posible. Por ejemplo, si quieren estar fuera hasta la medianoche y tú prefieres que estén en casa a las 11 p. m., intenta que sean las 11:30 p. m., de esa manera nadie «gana».

3. Elige los horarios con cuidado: no disciplines a tu adolescente mientras ambos estén en un ataque de ira. Es mejor esperar hasta que ambos se hayan calmado para tener una conversación.

4. No los aísles: los compañeros lo son todo para los adolescentes. Es vital que los adolescentes se sientan conectados con sus amigos y se les permita pasar tiempo con ellos. Castigar a un adolescente sin ver a sus amigos no suele ser una buena idea. El aislamiento social durante la adolescencia está vinculado con un mayor riesgo de sufrir problemas de salud mental (10).

5. No te rías de ellos ni seas sarcástico: Los adolescentes están definiendo y comprendiendo quiénes son. Al mismo tiempo, están pasando por un período en el que les importa mucho la opinión de los demás y experimentan sus emociones de una manera muy intensa. Incluso si crees que están exagerando o actuando de manera dramática, sé respetuoso y tómalo en serio.

6. No lo intensifiques: “¡Eres horrible!”, “¡Mira quién habla!, ¡Eres lo peor!”. Incluso si tu adolescente te dice cosas muy desagradables en el calor del momento, no te pongas a su nivel. Tú eres el adulto (11) en la relación y debes comportarte de esa manera. Si vas a perder el control, simplemente sal de la habitación.

¿Qué Sucede Cuando No lo Hacemos Bien?

¡No siempre lo hacemos bien! Te he dado la “teoría”, pero la verdad es que la disciplina no es fácil. Todos nos equivocamos a veces. Porque estamos cansados, estresados, distraídos o preocupados. Lo ideal es que siempre hagamos las cosas bien. ¿Qué hacemos cuando nos equivocamos? Reparamos nuestra relación con nuestros hijos. Lo hacemos volviendo a conectarnos, ya sea disculpándonos, dándoles un abrazo o pasando tiempo juntos. Las relaciones humanas no son perfectas, y la relación entre padres e hijos ciertamente no lo es.

Espero que esta información te sea de ayuda. Si quieres hablar sobre cuestiones o problemas específicos que puedas tener con tu hijo, ponte en contacto aquí y podemos organizar una sesión individual.

Ana

Dr Ana Aznar

Referencias

(1) Fletcher, A. C., Walls, J. K., Cook, E. C., Madison, K. J., & Bridges, T. H. (2008). Parenting Style as a Moderator of Associations Between Maternal Disciplinary Strategies and Child Well-Being. Journal of Family Issues29(12), 1724-1744. https://doi.org/10.1177/0192513X08322933

(2) Wiese, B. S., & Freund, A. M. (2011). Parents as role models: Parental behavior affects adolescents’ plans for work involvement. International Journal of Behavioral Development35(3), 218-224. https://doi.org/10.1177/0165025411398182

(3) Zimmer-Gembeck, M. J., Rudolph, J., Kerin, J., & Bohadana-Brown, G. (2022). Parent emotional regulation: A meta-analytic review of its association with parenting and child adjustment. International Journal of Behavioral Development46(1), 63-82. https://doi.org/10.1177/01650254211051086

(4) Cuartas, J., Gershoff, E.T., Bailey, D. et al. Physical punishment and child, adolescent, and adult outcomes in low- and middle-income countries: protocol for systematic review and meta-analysis. Syst Rev 11, 276 (2022). https://doi.org/10.1186/s13643-022-02154-5

(5) Lawrence, J., Haszard, J. J., Taylor, B., Galland, B., Gray, A., Sayers, R., … & Taylor, R. (2021). A longitudinal study of parental discipline up to 5 years. Journal of Family Studies27(4), 589-606. https://doi.org/10.1080/13229400.2019.1665570 

(6) Tompkins, V., & Villaruel, E. (2020). Parent discipline and pre-schoolers’ social skills. Early Child Development and Care192(3), 410–424. https://doi.org/10.1080/03004430.2020.1763978

(7) Havighurst, S. S., & Kehoe, C. E. (2021). Tuning in to Kids: An emotion coaching approach to working with parents. Family-based intervention for child and adolescent mental health: A core competencies approach, 269-283.

(8) Dadds, M. R., & Tully, L. A. (2019). What is it to discipline a child: What should it be? A reanalysis of time-out from the perspective of child mental health, attachment, and trauma. American Psychologist, 74(7), 794–808. https://doi.org/10.1037/amp0000449

(9) Thomas, K.J., Rodrigues, H., de Oliveira, R.T. et al. What Predicts Pre-adolescent Compliance with Family Rules? A Longitudinal Analysis of Parental Discipline, Procedural Justice, and Legitimacy Evaluations. J Youth Adolescence 49, 936–950 (2020). https://doi.org/10.1007/s10964-019-01158-0

(10) Mitic, M., Woodcock, K. A., Amering, M., Krammer, I., Stiehl, K. A., Zehetmayer, S., & Schrank, B. (2021). Toward an integrated model of supportive peer relationships in early adolescence: A systematic review and exploratory meta-analysis. Frontiers in Psychology12, 589403.

(11) Mastrotheodoros, S., Van der Graaff, J., Deković, M. et al. Parent–Adolescent Conflict across Adolescence: Trajectories of Informant Discrepancies and Associations with Personality Types. J Youth Adolescence 49, 119–135 (2020). https://doi.org/10.1007/s10964-019-01054-7

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Nos ha pasado a todos: Estás en el supermercado con tu hijo de 2 años. Intentas distraerle para que no vea las galletas pero las ve y cuando le dices que es tarde para comer galletas y que no se las vas a comprar, ya sabes lo que viene: Crisis total en el pasillo 31 del supermercado. Algunos clientes te miran con cara de «Qué mal padre» mientras otros ponen cara de «Te entiendo totalmente, no te preocupes«. ¿Y tú qué haces? ¿Sacas a tu hijo a rastras del supermercado o le dejas llorando y pataleando en el suelo durante los 20 minutos más largos de tu vida?  

Veamos la ciencia detrás de las rabietas.

¿Qué Es una Rabieta?

Son episodios breves de conductas extremas y en ocasiones agresivas en respuesta a la frustración o la ira. Por lo general, incluyen: llorar, golpear, arrojar objetos, morder, empujar, y contener la respiración.

¿Por qué Ocurren las Rabietas?

Suceden porque en esta etapa a tu hijo le resulta muy difícil controlar sus emociones. A esta edad los niños cuando están felices, están MUY felices y cuando están enfadados, están MUY enfadados. Al mismo tiempo, los niños se vuelven más independientes. La mayoría de ellos ahora pueden caminar y con esta recién adquirida independencia física, quieren que se les permita hacer cosas. Y cuando les dices “NO”, comienza la frustración. Y como no pueden controlar esa frustración y no tienen la capacidad de decirte cómo se sienten, ¡comienza la rabieta!

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Entonces… ¿Puedo Evitar que Ocurran las Rabietas?

Buenas noticias: ¡Sí! Las rabietas ocurren por hambre, cansancio, enfermedad y frustración. Por eso, la prevención es la mejor forma de evitarlas.

Algunos Consejos Útiles Son:

  • Establece una rutina constante para que el niño sepa cuándo es hora de acostarse, bañarse, comer y jugar.
  • Lleva siempre algo de comer cuando estés fuera de casa para evitar que tu hijo tenga hambre y se ponga de mal humos. 
  • Si es posible, evita actividades “aburridas” como ir al supermercado o a la oficina de correos a la hora de la siesta o de la cena, cuando es más probable que tu hijo esté cansado e irritable.
  • Ten juguetes listos para distraer a tu hijo si comienza a frustrarse.

La Teoría Está Muy Bien Pero No Pude Evitar la Rabieta y Ahora Me Enfrento a una Rabieta Bestial: ¿Qué Hago?

No hay mucho que puedas hacer una vez que comienza la rabieta. Lo mejor que puedes hacer es esperar. Asegúrate de que tu hijo esté seguro (a veces se pueden golpear la cabeza contra la pared o el suelo), y quédate cerca pero no hagas nada. Una vez que terminen, sécale las lágrimas y redirige su atención a otra actividad.

No cedas. Si cedes a la rabieta, estás reforzando el comportamiento y tu hijo sabrá que cada vez que tenga una rabieta, obtendrá lo que quiere. Sabemos que puede ser doloroso ver llorar y patalear a tu niño, pero lo mejor para él es esperar a que termine.

Mi Hijo Se Acerca a los Dos Años: ¿Con Qué Frecuencia Puedo Esperar que Ocurran Rabietas?

Stressed mother sitting on the sofa while her adhd children run around the living room. Hyperactive son and daughter giving single parent a headache. Active siblings chasing each other in the house

Las rabietas ocurren entre los dos y tres años de edad, pero pueden ocurrir incluso a los 12 meses. Ocurren en el 87 % de los niños de 18 a 24 meses, el 91 % de los de 30 a 36 meses y el 59 % de los de 42 a 48 meses. Suelen ocurrir una vez al día durante unos tres minutos. No existen diferencias en la prevalencia de rabietas entre niños y niñas.

A medida que el niño crece y aprende a expresar con palabras sus sentimientos, la frecuencia, duración y gravedad de las rabietas disminuyen (¡No desesperes! ¡Hay luz al final del túnel).

¿Qué Pasa con las Rabietas en el Caso de los Niños Neurodivergentes?

Los niños neurodivergentes pueden experimentar rabietas más frecuentes y agresivas porque suelen tener más dificultades para expresar sus sentimientos.

En el caso de los niños con autismo, es importante diferenciar entre rabietas y crisis nerviosas. Una crisis es más emocional, más fuerte, dura más y es más difícil de manejar que una rabieta. Una crisis ocurre cuando el niño se siente abrumado sensorial o emocionalmente. Es un signo de angustia que el niño no puede controlar. Las crisis pueden durar hasta 20 minutos y pueden ocurrir a cualquier edad.

Al igual que las rabietas, las crisis pueden prevenirse reconociendo los desencadenantes y utilizando técnicas como la distracción y manteniendo una rutina constante. Lo más importante que debe hacer en caso de una crisis nerviosa es asegurarse de que su hijo esté seguro y no pueda lastimarse mientras dure.

Entiendo Cómo Cuidar a mi Hijo Durante una Rabieta o una Crisis, Pero ¿Qué Pasa Conmigo?

Las rabietas y las crisis pueden llevarte al límite. Estamos contigo.

Intenta mantener toda la calma que puedas. Si crees que vas a perder el control, asegúrate de que tu hijo esté a salvo y sal de la habitación unos segundos para calmarte. Otra técnica útil es llamar a un amigo y charlar para distraerte mientras te asegura sde que tu hijo esté seguro. O pedirle a un vecino que entre en casa.

Los niños pequeños pueden hacerte perder los nervios. Intenta mantener la calma y no perder la paciencia. Y recuerda, aunque a veces lo parezca, esta fase no durará para siempre.

Esperamos que hayas encontrado útil este artículo. Recuerda que te puedes pone ren contacto con tu expert de REC Parenting para comentarle cualquier duda.  Si tienes alguna pregunta o comentario, envíanos un correo electrónico a hello@recparenting.com Estamos aquí para ayudarte a tí y a tu familia.

Con todo nuestro cariño,

Ana

Dra Ana Aznar

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