Una pregunta muy común que se hacen los padres es qué tan malo es realmente el divorcio para sus hijos y si sería mejor permanecer juntos por el bien de ellos. Vamos a explicar qué dicen las investigaciones al respecto para que te sientas más seguro si te encuentras ante esta situación.
¿Cómo Es de Malo el Divorcio para los Niños?
En general, las investigaciones indican que los hijos de padres divorciados tienen más probabilidades de experimentar problemas a corto y largo plazo que los hijos que no se divorcian. Algunos de estos problemas incluyen depresión, ansiedad, baja autoestima y malas relaciones sociales. Los hijos de padres divorciados también tienen más probabilidades de experimentar un descenso en su rendimiento académico y tienen un mayor riesgo de abandonar la escuela, participar en conductas delictivas, consumir drogas y acabar divorciándose.
Sin embargo, si estás divorciado o estás a punto de divorciarte, ¡no te asustes! Sí, los hijos de padres divorciados tienen más probabilidades de experimentar algunos de estos problemas, pero la realidad es que las diferencias entre los hijos de padres divorciados y los hijos cuyos padres están juntos son muy pequeñas. Se estima que solo alrededor del 10% de los adultos con padres divorciados se ven afectados negativamente por el divorcio. La mayoría de los hijos de padres divorciados no sufren problemas importantes.
¿Por Qué Algunos Niños Afrontan Mejor el Divorcio que Otros?
Hay una variedad de factores, como la personalidad de los niños, la edad, la situación familiar antes del divorcio y cómo se maneja el divorcio que influyen en cómo los niños afrontan el divorcio.
Si consideramos la personalidad, algunos niños pueden experimentar efectos negativos durante un corto período de tiempo, para otros esos efectos negativos pueden durar más tiempo, mientras que otros niños son más resilientes y no luchan mucho.
La edad de los niños también importa cuando se consideran los efectos del divorcio. Los niños más pequeños pueden no comprender lo que está sucediendo. Algunos de ellos pueden experimentar ansiedad por separación cuando pasan de un padre al otro. Otros pueden mostrar comportamientos regresivos y volver a mojar la cama, hacer berrinches o chuparse el dedo. Los preadolescentes y adolescentes tienen más probabilidades de comprender lo que está sucediendo, pero pueden tener dificultades para regular las fuertes emociones que probablemente traerá la noticia del divorcio y adaptarse a una nueva rutina.
El nivel de conflicto dentro de la familia antes del divorcio es un factor que parece ser muy influyente en la determinación de cómo los niños se verán afectados por el divorcio. Para los niños que viven en familias con un alto nivel de conflicto, el divorcio puede no ser negativo, sino incluso positivo. Para estos niños, el divorcio puede ser un alivio. En cambio, el divorcio para los niños que viven en familias con un nivel bajo de conflicto tiende a ser más negativo porque los niños pueden percibir que han perdido los beneficios de una estructura familiar estable.
El factor que parece ser más importante para determinar cómo los niños afrontan el divorcio es cómo los padres gestionan el proceso de divorcio.
Cómo Gestionan los Padres el Divorcio Es Más Importante que el Divorcio en Sí
Durante muchos años se creyó que el divorcio en sí tenía un efecto muy negativo en los niños, pero los métodos de investigación más desarrollados y matizados muestran que el mayor impacto en los niños no es el divorcio en sí, sino cómo se maneja.
De hecho, los niños que generalmente se desenvuelven mejor cuando sus padres se divorcian son aquellos cuyos padres no tienen una relación conflictiva.
Por lo tanto, si está divorciado o en proceso de divorcio, tenga la seguridad de que la experiencia del divorcio no significa automáticamente que los niños tendrán dificultades. Lo que marca la mayor diferencia es cómo maneja el divorcio. Esto nos lleva a la pregunta muy importante de qué pueden hacer los padres para ayudar a sus hijos a afrontar el divorcio.
Cómo Apoyar a Nuestro Hijo Durante el Proceso de Divorcio
- Empieza por tener una conversación con tu hijo y explícale que os vais a divorciar, las razones (de una manera apropiada para su edad) y qué sucederá a continuación. Lo ideal es que ambos padres estén presentes en esta conversación. Los niños son pensadores concretos, así que trata de explicarle con detalle cómo será su futura convivencia, ya que eso le dará cierta sensación de seguridad. Permite siempre que tu hijo haga preguntas y déjale claro que el divorcio no es culpa suya, que le queréis y siempre lo querrán. Dejarle claro que seguís siendo una familia, aunque a partir de ahora la vida será diferente.
- Sé coherente con tus límites. A veces, cuando nuestros hijos atraviesan un momento difícil, los compensamos siendo demasiado permisivos o demasiado indulgentes. Recuerda siempre que los niños necesitan límites claros.
- Las investigaciones demuestran claramente que a los niños les va mejor si ambos padres se comunican y cooperan entre sí. Mantén un frente unido. No estáis juntos, pero debeis intentar seguir siendo un equipo para vuestro hijo. A vuestro hijo le irá mejor si los dos seguís las mismas reglas y rutinas.
- Los niños se sienten mejor cuando mantienen un contacto regular con ambos padres. De hecho, las investigaciones muestran que a los niños cuyos padres tienen su custodia compartida les tiende a ir mejor que a los niños que solo tienen contacto con uno de los padres. Los niños que pierden el contacto con uno de los padres tienen más probabilidades de sufrir depresión, baja autoestima, ira y angustia. Sin embargo, en los casos en que uno de los padres es abusivo, negligente, sufre graves problemas de salud mental o dificultades de adaptación, puede recomendarse un contacto limitado.
- Sé respetuoso con tu expareja. Habla de él o ella de forma amable y trata de valorar sus puntos fuertes. Puede parecer difícil (sobre todo al principio), pero piénsalo desde el punto de vista de tu hijo: él se ve a sí mismo como parte de cada uno de vosotros, así que si constantemente criticas a su padre o madre, piensa en cómo le harás sentir.
- Es muy probable que durante el proceso de divorcio, tus niveles de estrés aumenten y la calidad de tu crianza disminuya. Cuando los padres estamos estrésalos, normalmente nos volvemos más duros con nuestros hijos o por el contrario, nos volvemos más permisivos. Trata de ser consciente de cómo estás afrontando la situación y cómo esto puede estar influyendo en tus hijos. Cuanto mejor te adaptes a la situación, mejor lo afrontarán tus hijos. Piensa también si estás recurriendo a mecanismos de afrontamiento negativos, como beber o comer demasiado. Busca asesoramiento profesional si tienes dificultades y apoyaté en amigos y familia.
- Por último, ten en cuenta que es imposible proteger a tu hijo del dolor que traerá consigo el divorcio. Lo importante es demostrarle que estás ahí para él en este proceso, que caminas con él. Escúchalo y hazle sentir escuchado.
- Intenta mantener la rutina lo más estable posible. Los niños necesitan sentirse seguros y protegidos para poder desarrollarse. Es más probable que esto suceda si no tienen que preocuparse por quién los recogerá en el colegio o dónde pasarán la noche.
¿Cuál Es el Mensaje Final?
Como suele ocurrir en psicología, la cuestión de si el divorcio es bueno o malo no es sencilla. Sí, todos los niños preferirían que sus padres permanecieran juntos, pero la realidad es que el divorcio forma parte de las relaciones humanas. Las investigaciones nos indican que, en lugar de centrarnos en si el divorcio en sí es bueno o malo, debemos centrarnos en cómo gestionamos el proceso de divorcio para que sea lo menos conflictivo posible y nuestros hijos tengan las menores dificultades posibles. Aunque a algunos niños les puede ir peor después de un divorcio, este deterioro suele ser pequeño y de corta duración. Por el contrario, para los niños que viven en familias muy conflictivas, el divorcio puede incluso ser beneficioso. Recuerda que lo que importa no es la estructura familiar, lo que importa es cómo se llevan los miembros de la familia. El objetivo es que, independientemente de cómo sea tu familia, tu hijo se sienta seguro y querido en un entorno estable.
Espero que este artículo te resulte útil. Mándanos cualquier pregunta que tengas.
Un abrazo,
Ana