¿Puedes Disciplinar a un Niño de 1 Año?
«¿Se puede disciplinar a un niño de un año? Es un niño.»
Sí, se puede. A esta edad, la disciplina se centra principalmente en mantenerlos seguros. A medida que crezcan, puedes empezar a desarrollar técnicas de disciplina y a explicarle por qué las cosas están mal y por qué no debería hacerlas. Recuerda que la disciplina no es lo mismo que el castigo. El objetivo de la disciplina es que los niños entiendan por qué sus comportamientos son correctos o incorrectos.

A su edad, puedes empezar a disciplinarlo con mucha suavidad usando estas técnicas:
- Mantén tus expectativas razonables: cuando tu hijo tira la comida al suelo, no lo hace para molestarte. Está aprendiendo. Está aprendiendo a controlar sus propios movimientos, aprendiendo que puede tirar cosas al suelo, aprendiendo cómo reaccionas cuando lo hace. Este comportamiento es molesto, pero no lo hace para molestarte. No te enfades. No sobreactúes. Ignóralo o desvía su atención.
- Elógialo: a los niños pequeños les encanta complacer a sus padres. Así que, siempre que haga algo bien, elógialo. Por ejemplo: «¡Mira, qué bien has compartido con tu hermana, bien hecho!«. Es más probable que repita este comportamiento porque le prestaste atención.
- Sé proactivo: los niños pequeños suelen comportarse peor cuando están cansados o hambrientos. Intenta no ponerlo en situaciones potencialmente complicadas cuando se sienta así. Por ejemplo, no lo lleves al supermercado justo antes de la hora de comer, ya que es más probable que quiera comer todo lo que vea y coja una pataleta si le dices que no.
- Redirígelo: Si está a punto de meterse los dedos en el enchufe o romper algo, simplemente cógelo y haz que se concentre en otra cosa. Si le gusta tirarte del pelo, no le des una reacción exagerada, porque será más probable que lo vuelva a hacer. En lugar de eso, no digas nada, retira su mano con cuidado y redirígela hacia un juguete.
- Di «no» y cíñete a ello. Los niños necesitan oír la palabra «no». Necesitan límites a medida que crecen. Cuando decimos «no», nuestro hijo aprende que hay un límite. Cuando le dices «no», cíñete a ello porque, de lo contrario, tu hijo aprende que si llora y se queja, consigue lo que quiere.
- Sé coherente: si no quieres que te tire del pelo, dile siempre que no y reacciona siempre de la misma manera. Si un día te ríes cuando lo hace y al siguiente te enfadas cuando hace lo mismo, se hará un lío.
La disciplina es un aspecto difícil de la crianza. Recuerda que, a menudo, la forma en que disciplinamos tiene mucho que ver con nuestra capacidad para controlar nuestras propias emociones y reacciones. Si alguna vez sientes que vas a perder los nervios, sal de la habitación y tranquilízate antes de volver. La disciplina siempre funciona mejor cuando tienes una relación cercana y cálida con tu hijo.
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Espero que te resulte útil esta información.
Un abrazo,
Ana